El fin de semana pasado me encontraba en casa de un amigo -sin afán de ofender- que me había invitado para ver la final de fútbol de Sudáfrica 2010; al termino del primer tiempo que disputaban las Selecciones de Holanda y España, salimos a la típica reflexión de todo buen aficionado Mexicano a resolver fuera de cancha y a kilómetros de distancia lo que dentro de ella no nos parece.
Entre un cigarro, cerveza y demás, sale el tema del momento que era el del Pulpo Paul; con 100% de certeza en sus predicciones, era la sensación. Un amigo nos muestra en un periódico como hay varios animales que también predicen el fútbol alrededor del Mundo. Eso nos saca un par de risas a todos los que escuchamos y bromeamos sobre cuál sería el final del Pulpo; que si lo van a extraditar, que si pedirá asilo político, que si lo van a preparar para comer, etc.
Desde el inicio de la humanidad, el hombre ha dado respuesta a lo desconocido con lo místico, lo sobrenatural, lo celestial; así dieron paso a dioses, mitos, etc. Desde los Dioses paganos hasta los actuales -cualquiera que sea nuestra religión-. En la búsqueda de esas respuestas se han dado confrontaciones ideológicas y bélicas por defender esas ideas y creencias.
En pleno 2010, con adelantos tecnológicos impresionantes, nos encontramos entre iPad's, Smartphone's, Microprocesadores de mucha potencia y velocidad, viajes espaciales, telescopios universales y pulpos que "adivinan" el ganador de un partido de fútbol. Entiendo que al fallar la probabilidad y la estadística pues no nos queda mas que la Fe, pero de eso a llegar a preguntarle a un Pulpo... a menos de que salga de su pecera, con papeles en mano y argumentos que salgan de él nos explique el por qué gana o pierde una selección, lamentablemente no lo puedo creer.
No tengo nada contra el Pulpo, pero si contra los que hacen un circo alrededor de él.
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