En estos días hemos escuchado una y otra ves la noticia sobre el derrame de petróleo que hay en el Golfo de México; una catástrofe en muchos aspectos, podríamos analizar todos y cada uno de ellos desde nuestro particular punto de vista y aún así no entenderíamos la verdadera dimensión de las cosas.
El Gobierno de Estados Unidos anuncia que pone a disposición todos los recursos que estén a su alcance para contener esta situación; British Petroleum hace todo lo posible por contener el derrame y promete indemnizar a todos los que resulten dañados por este incidente; el derrame es tan intenso que avanza a una velocidad de 5,000 barriles por día, todo esto desde el pasado día 20 de Abril, tras la caída del la plataforma Deepwater Horizon; Los Estado de Texas, Luisiana, Misuri, Alabama y Florida están pendientes de las mareas y los vientos que puedan llevar la mancha hasta sus costas; Se han intentado quemas controladas del petróleo para detener su avance, pero las condiciones climáticas lo impiden; Se ha autorizado la perforación de un segundo pozo para detener el derrame, pero este puede tardar hasta 90 días para ser completado; el Estado de Luisiana ha desplegado mas de 30 kilómetros de barrera flotantes para contener la posible llegada hasta sus costas...
En fin, infinidad de información que podemos encontrar a diarios sobre el avance de este problema.
Ante ello nada mas queda la reflexión:
Buscamos el como llegar tan lejos como lejanas son las estrellas en el cielo, nos jactamos de los avances tecnológicos que hemos tenido en los últimos 10 años, pensamos en la posibilidad de habitar otros planetas, jugamos a ser Dios al "reproducir" la creación del Universo, tenemos mas y mejores herramientas para lograr una mejor comunicación de un extremo a otro del Mundo, hablamos de una Globalización que traerá un crecimiento económico, político, religioso para el Hombre en si... sin embargo, aún no podemos resolver las consecuencias de nuestros propios actos...
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