Tal vez ya lo saben, tal vez ya se los he contado... no sé contar chistes. No sé bien a ciencia cierta a qué de deba; he escuchado chistes buenísimos de muchos de mis amigos, he pasado horas riendo sobre cosas que veo en tele, escucho en radio y hasta en las cosas graciosas en las que he participado o me he visto inmerso. Aún así, no tengo la gracia de saber contar un chiste.
Cuando he sacado la risa de un amig@, es porque les cuento de mi vida, de las cosas que veo, del sarcasmo con que las aderezo para poder digerirlas, de las cosas que no tolero y de las cosas que disfruto. No sé... supongo que no soy bueno diciendo lo que no me consta o quizá se me hace mas interesante ver la reacción de la gente cuando sabe lo que me pasa o por lo que he vivido.
Aunque pensandolo bien... quizá si sé contar chistes, pero creo que solo son para mi. Cada noche cuando me preparo para dormir, hago una pequeña reflexión sobre todo lo que me paso en el día, hay ocasiones en que no puedo sacar una sola sonrisa, pero también hay días en que me voy a la cama y sin querer sonrío a pesar de que este dormido.
Supongo que ese es el mejor de los chistes, el que te permite disfrutar de todo lo que haces y te deja un buen sabor de boca al irte a la cama. Entonces, creo que quizá si tengo algo de remedio, quizá si puedo sacar una sonrisa de tu boca, quizá hasta una carcajada. Ahora solo tengo que aprender a enseñarte a que veas la vida como yo la veo, creo que debo de empezar ejemplificando algo de ello con un poco de mi vida, para que sepas darle un poco de sabor a la tuya, que no dudo que ya se la estés dando, pero quizá aún no conoces todos los sabores.
Ojalá tu también me puedas compartir un poco de tu sonrisa...
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