martes, 6 de marzo de 2012

De lo que me arrepiento...

Por mi forma de ser y por la forma en la que veo la vida, creo que hay pocas cosas de las que me puedo arrepentir; entiendo y siento que todo lo que nos pasa han sido pruebas de la vida, el "cómo" las superamos a final de cuentas va forjando nuestro carácter.

No puedo decir que hay buenas o malas decisiones, simplemente son decisiones, es complicado juzgar lo bueno o malo de alguna de ellas a corto plazo; quizá la decisión que hoy tomamos no parece ser la mas conveniente ante nuestros ojos o a los ojos de quien llega a saber de ella, pero a la vuelta de algunos años nos puede brindar grandes satisfacciones; también tenemos el otro lado, lo que hoy nos brinda una satisfacción inmediata puede no ser una buena decisión con la perspectiva que dan los años, todo es relativo, todo dependerá de hacia donde queremos ir.

Como ya dije, hay pocas cosas de las que me puedo arrepentir, soy "relativamente" joven y creo que bien o mal, las decisiones que he tomado me han mantenido en un buen camino ó al menos el que así he considerado. Pero siempre llega la lección de donde menos la esperas... hace unos días, sin querer, encontré una foto, de no mas de unos 5 ó 6 años; me veo con un grupo de amigos, unos de esos "hermanos del alma", los que vas agregando conforme vas avanzando en éste ir y venir que da la vida. Me veo -lógico- mas joven, distingo pocos cambios, pero quizá por mi complexión me son mas notorios a mi que me conozco de toda la vida -jajaja-, veo el cambio de algunos de ellos, en algunos es bastante "rudo" el cambio, otro no tanto, se ven conservados o al menos los sigo viendo igual. 

Hay muchas personas que han pasado conmigo la vida, unos por periodos cortos, otros por periodos largos, no me ha importado que tanto, sino que tan bien la he pasado con ellos.

Cuando mas joven, siempre me dio algo de flojera cargar una cámara, la tecnología no era lo que es ahora, no se podía meter una cámara en un bolsillo o retirar una tarjeta de memoria para descargarla en una computadora, no, aunque me haga ver el pasar el tiempo, las cosas eran diferentes; no te podías dar el lujo de tomar 5 ó 10 fotos de fotos grupales, no, era 1 ó máximo 2 fotos, el rollo era caro, se tenía que acudir a un centro de revelado y digamos que los papás no compartían la idea de que el "niño" de la casa tomara fotos que no pagaba por revelar... qué tiempo aquellos...

Los compañeros que así lo hacían recorrían todo el salón o casa donde nos encontrábamos, invitandonos a participar en la foto, no siempre acudíamos con emoción, no siempre estábamos dispuestos a hacerlo, digamos que éramos mas "rancheros"; ellos son los que ahora tienen un recuerdo mas vivo de lo que fuimos, de lo que compartimos y tienen un testimonio de las risas, los abrazos y de las buenas intensiones que nos teníamos.

Para mi bien creo -o al menos así lo considero- que tengo buena memoria, pero aún ella, tiene sus desventajas, el proceso de la memoria no es como nos lo imaginamos; cada que evocamos un recuerdo, éste sale del archivero en que lo contenemos, dentro hay muchas carpetas, sacamos la que buscamos, al abrirla, leemos y releemos lo que contiene, pero no solo eso, sino agregamos parte de los "buenos recuerdos" que queremos agregar, pero no es eso, sino un sentimiento que nos hace mejor el recuerdo, agregamos detalles en ocasiones inexistentes y los hacemos parte de ellos como si realmente hubieran ocurrido, pocas ocasiones nos detenemos a observar los detalles, es por ello que necesitamos rellenar algunos huecos... traducción, llega un momento en que son mas mitología que realidad.

Hoy tengo pocos recuerdos de mis amigos de la infancia, pocas fotografías son las que me quedan, algunas de ellas fueron regalos, otras -muy pocas- las que alcance a tomar, me arrepiento como no tienen una idea de no haber capturado sus sonrisas, sus rostros, la expresión de sus ojos, la actitud del momento, el detalle de sus almas... Ojalá que un día la vida me de tiempo de ir juntando las pequeñas piezas con las que todos contamos, esas piezas de un rompecabezas que fuimos forjando, ojalá algún día los reconozca en la calle y aunque mas viejos, reconozcamos en nuestras caras, mas allá de las arrugas y las manchas, de las heridas que nos proporciona la vida, ojalá alcance a percibir esa alma amiga que compartió un tiempo la vida conmigo, que te pueda dar un abrazo, y que pueda evocar el recuerdo fiel de lo que fuimos y siempre seremos... un amigo del alma y un fiel compañero...

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