Hoy por la tarde, en el vaivén del tráfico en la ciudad, me detuvo un semáforo, entre el ir y venir de los carros y de personas, vi como un grupo de muchachos (al parecer venían o iban a un partido de fútbol), el grupo se separa al cruzar la calle; una parte va en contra mía y el otro -de dos- sigue por la calle a mi derecha...
Me quedo un minuto viéndolo, analizando o tratando de entender por qué es que hacía eso.
No entiendo por qué es que los jóvenes hacen esas cosas, pero... busco la respuesta en mi yo adolescente, al muchacho que alguna vez fui, al que hace años no veo o deje de ver por el paso del tiempo; seguí sin entender todo eso. Sé que no todo debe de ser analizado o comprendido desde mis ojos, pero también hay una parte de mi que quiere entender porque la gente hace lo que hace.
Quizá en su contexto, el reclamo es auténtico, algo le hicieron y en ese momento él reunió la fuerza y la tenacidad para hacerse notar, quizá no; quizá buscaba pleito donde no lo hay o quizá trataba de exhibir algo que para sus ojos era evidente y que para los demás no. Lo único que si puedo decir es que vi en sus ojos algo que no necesitaba explicación.... son los ojos del que le valen las consecuencias de lo que viene o puede venir.
Fue frustrante, porque en mi mente empezaron a pasar escenarios de qué es lo que buscaba y lo que podía encontrar con su actitud...
No paso mas que unos segundos mas, cuando al cambiar -para mi el semáforo- el muchacho se abalanza sobre mi paso y evita mi coche, se frena y acelera al apenas pude pasar. Algo no estaba bien, algo iba a pasar. Tengo la sensación de que no era bueno, pero tampoco lo puedo constatar, solo sé que esos ojos buscaban problemas y de seguro los iban a encontrar.
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