jueves, 25 de agosto de 2011

Me permití llorar...

Hoy -como muchos otros días- salgo a la calle con muchas cosas por hacer aún sin saber exactamente el orden, la importancia o simplemente el qué hay que hacer exactamente; llego e inicio con los pendientes del trabajo, trato de hacer un orden ya sea para ahorrar tiempo o para comenzar con los mas simple a lo mas complejo, sería algo complicado de explicar pues no creo que tenga una razón lógica o un "procedimiento" establecido, simplemente lo hago como lo entiendo o como mejor me parece.

Dentro de las tareas que realizo, cabe la duda, el error y el "desperdicio" del tiempo, es como muchos otros, es inherente al trabajo, lógico, trato de reducirlo o intento que pase lo menos posible aunque no siempre lo logro.

Salgo por un momento del trabajo, trato de darme un respiro de las tareas diaria que el día de hoy, me tienen algo agobiado. Respiro profundo y trato de dejar atrás los errores o perdidas de tiempo que he cometido el día de hoy, no es bueno cargar con ello, me puede traer mas errores y mas perdidas, pero también trato de desprenderme de la sensación de que "es mi culpa" o que es mi falta de atención, que en ocasiones, es la que mas me puede. Soy perfeccionista, algunos dirán que soy muy aprensivo, pero supongo que es mi idea de que todo tiene su lugar y se debe de respetar, quizá si estoy algo enfermo, pero también me gusta pensar que es algo "pasable".


Me dirijo -como casi siempre- a la tienda que esta en la esquina de la calle, cruzo y me doy cuenta de que en contra-esquina hay una señora, parece Tarahumara y se ve bastante atareada o entretenida con los que esta haciendo; al parecer esta tejiendo una silla o al menos es lo que veo, de pronto, veo que a su lado hay un pequeño bultito, pequeño, con movimiento propio, con intensión diferente, sonrío, es una pequeña niñita, se ve pequeña, también ella se ve bastante entretenida en lo que hace y me saca una sonrisa. Entro a la tienda mientras pienso en mi "antojo", busco entre los estantes el sabor que me quite esta sensación de "necesitar" algo de comer.


Salgo de la tienda con mi botín en mano, le doy un pequeño trago al refresco y disimuladamente cruzo a la esquina donde vi a las dos singulares personas sentadas y afanosas, la verdad es que quiero ver mas de cerca a la pequeña. Siempre me han causado una gran fascinación, ellas se ven contentas, sonrientes a pesar de vivir parte de su infancia entre camellones y banquetas poco cuidadas, corren de lado a lado entre juegos que no descifro y quizá ya no entiendo. Ella abre cuan grandes son sus ojos y hojea con sus pequeñas manos algunas paginas de lo que parece ser una revista, se ve entretenida y bastante interesada, como si entendiera lo que ve, quizá es todo lo contrario y por eso ve así las cosas y las mueve con esa vehemencia quiere entender todo lo que ella ve.


Yo quiero ver junto con ella, pero la mirada de su madre o de quien esta con ella me detiene; supongo que  considera extraña mi cercanía y no esta de mas una pequeña hojeada a quien se dirige hacia ellas. Yo reparo un minuto y malamente intento disimular mi "nada mas pasaba por aquí" y doy vuelta hacia la siguiente banqueta, pero la silueta de la pequeña se me queda en la mente. Me vuelvo a preguntar -como lo hice en otro blog- ¿qué hace esta pequeña aquí? ¿cómo le hace para ver con tanta fascinación este Mundo que cada vez se vuelve mas gris para mi? ¿cómo es que la puedo ayudar si aún no me ayudo a mi mismo? Las preguntas vuelan por mi cabeza sin dame cuenta, me pregunto si debo regresarme a la tienda y comprarles algo, pero también trato de ser realista, ¿qué les puedo comprar que ayude un poco sus mucha carencias? quizá piensa el "yo" materialista, el que cree y piensa que todo lo de "adentro" se resuelve con algo de "afuera", no lo sé...


Cuando menos me doy cuenta, la desesperación ha hecho presa de mi; no comprendo que hace ese pequeño Ángel rodeado de tantos demonios y aún así se ve tranquilo; no entiendo como es que este Mundo no nos hace mas humanos sino todo lo contrario; ¿cómo es que nadie le ayuda? ¿cómo puede ser posible que yo no puedo ayudarles? ¿qué les puedo dar si carezco de muchas cosas? Las lagrimas comienzan a caer de mis ojos, respiro y el sentimiento se me agolpa en la garganta, me asfixia... veo como es que el dolor que me provoca la indiferencia me regala una nueva herida en el alma, mientras trato de no olvidar la pequeña silueta que alegre jugaba en la banqueta y me prometo que algún día si podré hacer algo por ella...

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