martes, 28 de diciembre de 2010

Lo caótico en sí de la vida...

Gracias a Dios en estos días he tenido un poco de tiempo para mi y para hacer otro tipo de actividades poco comunes, ya sea por el trabajo, por el cansancio o simplemente por la hueva que genera el estrés diario me las habían hecho imposibles. Hice una lista de cosas que tenía que hacer; algunas cosas chicas o pequeñas, algunas nada que ver con las demás, algunas cosas que podía hacer yo mismo, algunas que la verdad no había querido hacer y algunas que se me fueron escapando a pesar de que la tenía pendientes.

Al momento de hacer la lista, seleccione algunas para hacer el día de hoy, ya sea porque eran cosas que estaban "cercanas" unas de otras o porque simplemente no me causarían ningún problema el realizarlas al mismo tiempo que otras.

Hoy por la mañana, checo la lista... hay que empezar temprano y esto me ha quitado un poco el sueño, pues me levante algo temprano para ser un día de descanso, la alarma ya no me dejo retomar el sueño, pero no era necesaria pues ya estaba yo despierto. Barro el techo, barro el patio, barro la calle, lavo el carro, desayuno y vuelvo a ver la lista, me baño y veo que tiene mas prioridad o que conlleva a que... salgo de casa, realizo las primeras tareas y regreso solo para dejar algunas cosas y volver a salir, el tiempo corre tan rápido que vuelvo a regresar solo para comer, el sueño me quiere tomar por sorpresa pero me reanimo y me obligo a salir para terminar los pendientes aún pendientes.


Llego al centro de la ciudad y es donde empieza el caos... gente va, gente viene, gente que no sé ni de donde sale, pero sale y sigue saliendo; olores de comida, olores del tráfico, olor a sucio, olor a limpio, olor a gente; ruido de vehículos, ruido del tráfico, ruido del tránsito que llama al orden sin que nadie lo tome mucho en cuenta, el chofer pita y el carro le responde, la señora grita y el niño la mira con ojos de reto, ruido y mas ruido, ruido de gente; entro de tienda en tienda hacía donde tenía que ir y busco deprisa lo que necesito, pues la verdad que tengo mas miedo de que el gentío me trague vivo. Trato de ver las cosas con calma, sé que no ocurre a diario y que es simplemente que me he desacostumbrado un poco y que las fechas ameritan tanta gente. No cabe duda de que hay vida, pero la vida en sí conlleva al caos.

No me queda mas que sonreír y seguir adelante...

Checo en mi mente las tareas que buscaba terminar y creo que lo he resuelto todo, ya un poco mas tranquilo y en la seguridad del vehículo retomo el camino a casa, ansío con llegar a ella y retomar mi paz, mientras que pienso que ya tuve mi dosis de gente por un buen tiempo.

No con ello digo que la gente de un centro comercial importante sea diferente, pero si creo que el ambiente que crea el tráfico y el no saber a donde va tanta gente le dan un sabor bastante especial, sigo pensando que es un caos total, pero creo que en tanto mas lo veo menos lo entiendo.

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