lunes, 3 de junio de 2024

De vez en cuando, todos necesitamos un beso...

     Hace ya algunos años, mis amigos y yo nos reunimos en casa y entre que nos poníamos de acuerdo en los temas del día y en lo que llegó el que faltaba, pues digamos que nos dio sed -de la peligrosa, como dice una prima mía- ... Así es que decidimos ir todos caminando, pues el expendio no estaba para nada lejos del lugar; al dar la vuelta en la esquina -y siendo una avenida muy transitada- tuvimos que hacer fila india para pasar por la estrecha banqueta de la calle. Curiosamente, pero en sentido contrario, venía también una fila como de 5 o 6 personas, que eran conocidas de nuestro grupo, así es que empezamos a saludar en el mismo orden en el que veníamos formados, ya saben, como fila de juego internacional de fútbol al saludar el inicio del juego.

    Al terminar de saludarnos todos, empezamos con la charla de "a dónde van?", "cuánto tiene que llegaron?" o "por qué no van de perdido un rato?", tratando de ponernos al corriente también con el otro grupo de amigas; al final de su fila, venía un pequeño que traía un carrito de esos grandes, amarrado con una cuerda que al ver que los dos grupos de saludaron entre si, me hizo seña de que también quería beso, así es que ni tarde, ni perezoso me agache y le dije "también quieres beso?" y me dijo que si con un gesto, mientras lo decía. No tuve problemas con dárselo...


    El niño estuvo muy pendiente de todo lo que charlamos, no dijo nada y no se puso en ningún momento "fastidioso" pues, ya saben... cosas de grandes, pero de pronto y quizá viendo que no acabaríamos pronto la conversación, se hizo de un hueco entre ambas fila y comenzó a caminar nuevamente por la pequeña banqueta. Al principio yo no hice mucho caso, pues pensé que solamente caminaría al otro extremo con su tía, o mamá, o alguien mas de ese grupo, pero la cosa cambió cuando se siguió de frente y veo que también da vuelta en la cuadra por la que nosotros veíamos. Un poco alertado al ver que nadie de las mujeres del otro grupo hizo por llamarlo o ir por él, les pregunté que sino harían nada, pues supuse que quizá no habían notado que el niño había seguido caminando... Resulta que el niño no venía con ellas, simplemente venía tras ellas al momento de que nos topamos y no tuvo mas remedio que esperar a que nosotros termináramos de platicar y cuando vio que la cosa iba para largo, mejor se retiro sin hacer gran aspaviento... eso si, se fue con un beso dado con todo el gusto del mundo, a final de cuentas en ocasiones todos necesitamos un beso...


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