miércoles, 11 de noviembre de 2020

El faro...

 Estando en mi típica rutina de Lunes a Domingo, me tomo un leve respiro de todo ello; entre listas de pendientes y cosas por hacer, hojeo redes sociales permitiéndome ver que hacen mis amigos y conocidos; así es que veo de principio a fin fotos de lo que dicen, de lo que hacen y de lo que comparten... de pronto veo una foto que me saca de mis casillas... una foto en la cual aparecen tres de mis mejores amigos...

No estoy yo y no soy parte de lo que en ese momento están viviendo; están de viaje y no supe en qué momento se fueron y lo peor es que no fue requerido en ello, no fui invitado, consultado o por lo menos tomado en cuenta.

Siento como se me suben los colores al rostro y una envidia comienza a invadirme... me digo "y yo como tonto aquí haciendo mi MÁXIMO esfuerzo"; de pronto, todo empieza a carecer de sentido, no tiene caso todo lo que hago, si es que no puedo darme el lujo de disfrutar de los momentos que puedo compartir con la gente que me rodea, a la gente que amo y que están siempre presentes en mi vida.

Dentro de ese arranque, siento toda una gama de emociones... que van desde los celos, la incomprensión, hasta la insatisfacción del carente valor -aparente- de todo lo que hago.

Vuelvo a respirar, porque mi concepto de responsabilidad me obliga a seguir adelante, no por ello dejo de estar intranquilo, me digo "es que yo debería estar ahí... con ellos", pero sigo trabajando completamente desquiciado y con una nueva hambre de acabar pronto lo que estoy haciendo, como si con ello, pudiera yo salir de mi casa, subir a mi auto, marcar por celular, preguntar "dónde están?" y en dos o tres horas, estar con ellos abrazándolos y tomando una nueva foto con el título "me tarde... pero llegué"... pero no es así, sé que no puedo hacer eso, no tengo y no me doy esa pequeña/gran libertad. Vuelvo a respirar profundamente.

Pasan los días...

Poco a poco tomo mi calma y mi ritmo normal de vida, han pasado un par de días y entre tantas cosas que hacer, dejo de lado todo aquello...

En esa misma semana -entre semana- dos de ellos (en diferentes días) llegan a mi casa; yo no saco el tema, pues -aunque me duele- trato de seguir como si nada en nuestra relación de amigos; me dicen como les fue -cada quien por su lado- en su viaje, me dan detalles de lo que hicieron y de su peculiar punto de vista sobre todo ello. Yo, no hago mas que reír con ellos y seguir la charla de lo mas normalmente que me es posible... es entonces cuando sin querer, cada quien por su lado, me da una nueva perspectiva... "cómo ves... tu qué piensas...?" y es cuando yo caigo en la cuenta...

Todos en la vida, tenemos una tarea en del Crew al que pertenecemos, todos cubrimos un "rol" en la manada a la que hemos decidido -por cuenta propia- estar, de la que somos parte. Yo quizá no soy el amigo "viajero", con el que comparten cierto tipo de aventuras, cierto tipo de desafíos; pero soy el punto de referencia al que acuden cuando una cosa "realmente importante" pasa, alguien que saben que estará como "tonto" en el mismo lugar, algo certero dentro de su ajetreo diario, dentro de las inclemencias de su vida, algo que les dice "ya estas cerca de casa"...


Mi amigo -desde donde quiera que me veas- me lo dijo un día cuando le pregunté, "a dónde vas?", me respondió -algo ahogado en sus penas- "no lo sé, solo sé que pasé por aquí... alguien me saludo y pensé que alguien aquí me conocía..." y eso, es el mejor concepto de confianza que alguien ha depositado en mi.

Así es que estoy tranquilo -desde entonces- con ello.


De la mano de nuestros hijos...

Hace un par de días me tope con una columna que hablaba sobre pequeños relatos de experiencias que han tenido muchas personas con sus padres, hablaba sobre peculiaridades que tuvieron en su infancia con respecto a ellos; cosas que parecen tristes y de las cuales todos podemos hoy en día reír o llorar con ellas, ya sea porque las padecimos o porque nos parecen algo inverosímiles por nuestra propia experiencia.

Sé que la frase "no nacimos siendo padres", refleja un poco o un mucho la incertidumbre a la que nos enfrentamos cuando tenemos tal tarea frente a nosotros, sé -por experiencia propia- que puede parecer un poco trillada, pero no es mas que una verdad a la que todos -los que somos padres- tarde o temprano nos hemos enfrentado.

No sabemos si lo que hacemos esta bien o mal, con todas las consecuencias que podemos traer con cada decisión que tomamos con respecto a nuestros hijos día a día; ya sea porque tratamos de compensar lo que nos hizo falta a nosotros o porque damos por hecho de que en la forma que nos fue educados es la correcta, porque nuestros padres, siempre fueron eso... nuestros padres, pero no reparamos en entender que ellos también se enfrentaron a las mismas preguntas que ahora tenemos nosotros... "esta o no esta bien lo que estoy haciendo con mis hijos?"

Todos se creen con el criterio suficiente para hacer una evaluación de lo que vemos frente a nosotros, ya sea con nuestros amigos, familiares y conocidos, pero no siempre salimos bien librados cuando nos toca estar en la silla de los acusados...

Entiendo que todos estamos tratando de hacer lo mejor que podemos, pero no por ello significa que lo estamos haciendo bien, es una interminable duda entre si lo que hacemos esta bien, o esta mal y nos apegamos a que la decisión tiene que ser respetada cueste lo que cueste, pero... debemos entender que lo que nos dolió a nosotros no es el regaño de nuestros padres o la carencia -sea cual sea- a la que nos enfrentamos es la misma a la que estamos exponiendo nuestros hijos, las cosas cambian y con ello, nosotros debemos cambiar también. 

Ahora bien, si dejamos de juzgar lo que nuestros padres hicieron con nosotros -para bien o para mal- y entendemos que hicieron lo mejor que pudieron, quizá nos dé una mejor lectura de lo que estamos viviendo y haciendo nosotros; no somos aptos de inicio, nadie lo es... pero tenemos la virtud de tener un referente; sabemos lo que nos dolió como hijos, así es que no compensemos, sino seamos mas abiertos en el dialogo con los nuestros, no permitamos que una cara dura -porque así amerita- deje de lado que son ellos el PORQUE de lo que hacemos día con día, porque... aunque lo neguemos, muchos de nuestros esfuerzos diarios van enfocados a que ellos tengan una mejor oportunidad que nosotros y esa línea de vida que nos fue marcada les de un peldaño mas a ellos para que puedan tener una visión diferente del mundo que los rodea, que los espera y en la que cimentamos nuestras ilusiones con respecto a ellos, pero tampoco los castiguemos con la vida que no nos gusto de niños, dejemos que sueñen como nosotros lo hicimos en su tiempo, que vivan cada risa, cada abrazo, cada raspón en sus rodillas, que no les heredemos nuestros miedos y nuestras dudas, que crean posible lo que a nosotros nos fue marcado como imposible, seamos mas amigos de nuestros hijos, mas protectores de sus sueños y defensores de cada castillo, cada reino que hacen con lodo, con palitos de madera o un dibujo con crayones y colores sobre una hoja de papel... cada día voy aprendiendo mas de ellos y espero nunca dejar de hacerlo.


Así es que... si me lees (padre de familia), ve en tus hijos una nueva forma de ver el mundo, toma su mano y disfruta de la virtud de poder emprender un nuevo viaje que te llevará a nuevas alturas que tu jamás conociste y creíste capas de conocer... 

Te deseo un buen viaje...


Por un membrillo...

    Hace un par de meses que he estado tratando de entender el concepto de "suficiente"... sé que es difícil de entender porque todos tenemos una idea diferente sobre él; nuestro medio, padres, conocidos y sociedad en general han puesto diferentes significados acerca de lo mismo. Van de frases de "si quieres tener éxito debes ser...", pasando por "ésta carrera es la que te asegurará un futuro...", hasta un "de eso te vas a morir de hambre...". Pero... y si nunca se nos dice que el camino hacia la felicidad no depende de lo que nos dediquemos, sino a lo que nos haga felices, a lo que nos llene como individuos.

    Sé que los padres muchas veces lo hacen con la mejor de las intensiones, pero no por ello pecan u omiten una verdad de la que ellos mismos han padecido, no por el hecho de ser "exitoso" en algo, significa que nos garantiza una estabilidad emocional que tanta falta nos hace a muchos de nosotros.

    Hace poco, en mi habitual carrera por hacer todo lo que debo de hacer diariamente, pasaba por una esquina en especial, una en la que siempre veo un camión en la que se vende fruta y verdura, el típico puesto no establecido pero al que diariamente acuden madres y padres de familia para llevar lo del día, lo que necesitan para hacer la comida de casa. No sé a qué se deba, pero siempre había llamado mi atención, quizá por el hecho de que me recordaba una escena de mi niñez en casa de mis abuelos, que salían al llamado del "bueno bueno!" un camión con las mismas características que hacia la misma función - a la que me refiero- por su casa.

    Tenía días atrás diciéndome "llegaré por algo", pero siempre encontraba un pretexto para no hacerlo, que si no hay estacionamiento cerca o en la primer vuelta que tenga... total que no me había atrevido a hacerlo. Sería cuestión de la tercer o cuarta vuelta que hice cuando me dije "y por qué no...?", así es que di la vuelta a la manzana y me estacione cerca, que si bien no lo fue tanto, estaba decidido a por fin llegar de una vez por todas.

    Tomo manzanas (rojas y amarillas), un par de pepinos, limones y cuanta cosa me iba encontrando; la verdad es que parte de mi "antojo" es que en una de esas vueltas había notado que tenían membrillos, cosa nada rara, pues es temporada para ello. De niño recuerdo días en que mi madre, los partía en rodajas y los comíamos con algo de limón o sal o partidas simplemente a la mitad con algo de chile en polvo... todo un manjar para un niño como yo en aquellos tiempos.

    Debido a la pandemia por la que estamos atravesando, todo aquello era mas que nada para llevarlos a casa a que los míos pudieran disfrutar de ello y de pasada tuvieran un buen sistema de defensas para esta terrible incertidumbre entre sentirte enfermo por una gripa de temporada, una típica alergia por los cambios de clima o por el encierro que merma día con día nuestros ánimos.

    Así es que me apresuré con aquel botín a casa, no importaba que me sacara de mi ruta o que tuviera que dar una vuelta mas que no estaba contemplada, hacia un par de minutos atrás; no quería correr el riesgo en que por el calor del carro o por mi tardanza para regresar le fuera a causar estragos a todo aquello.


    Al dejar la bolsa en casa, solo me apresuré a sacar uno de aquellos membrillos; estaba sin lavar, pero solo lo deje en mi asiento de a lado y continúe con mi camino. Al llegar a la oficina, baje mis cosas, empecé a ver pendientes y a acomodar mi equipo para un día laboral sin contratiempos. Ya sentado, recordé que tenía que lavarlo, así es que lo tomé, lo lave con algo de emoción, pero con mucho cuidado; me senté nuevamente en mi silla que puse frente a mi ventaba, contemplé el cielo y las pocas nubes que circulaban por él.... disfrute de cada mordida que le iba dando y me dije "para esto es para lo que trabajo"...

    Todo aquel día valió la pena...

miércoles, 4 de noviembre de 2020

La hipocresía de la que adolescemos...

    Hace un par de días, estaba -como muchos otro días- en medio del tráfico propio de mi ciudad... una calle por la que normalmente transito, nada mas había un carril en uso; al checar metros adelante a qué se debía, era un carro que estaba estacionado en segunda fila, eso si... con las intermitentes encendidas, como si con ello lo disculpara de su falta.

    Al acercarme, noté que un par de tránsitos estaban ya en el lugar. Pensé "ya le dieron una multa o mínimo le dijeron que no puede hacer eso". Al acercarme -la fila era de casi la cuadra completa- cambie de carril y aunque me "encajoné" le pregunté al tránsito "supongo que ya lo infraccionaste?" y me dijo "si jefe, ya le quité la placa" aunque noté que la posterior aún estaba en su lugar. Pasé el vehículo y note que también tenia la placa frontal, por el retrovisor ví como es que el dueño le daba "discretamente" un billete al oficial y se retiraron, como si nada hubiera pasado.


    No tiene caso mencionar la rabia que me dió al darme cuenta de que me dieron por mi lado, al saber que haría exactamente lo que los demás harían... renegar pero no hacer nada mas al respecto...

    Evité hacer mas problema del que realmente era, pero cuadras mas delante recaí en eso precisamente... que nadie hace nada porque no queremos correr el riesgo de hacer algo por lo que los demás no hacen la mas mínima expresión de indignación. Me arrepentí de ello...

    Nuestras autoridades han perdido veracidad y respeto, precisamente por ese tipo de conductas, no hacer lo que deben de hacer con quien realmente deben de hacerlo. Todo mundo puede hacer lo que quiera con el billete correcto para el momento.

    Así es que me pregunto... "y si todo mundo reclama lo que se debe de hacer en lugar de dejarlo pasar de lado"? y si todos estamos dispuestos a pagar por nuestra falta, porque seguramente el que cometió la falta lo sabía, por eso es que pago por ello, pero ... y si la falta detona en algo mas? en que alguien llegué tarde a una cita de trabajo? a una cita con el doctor? a una cirugía?... seguramente la perspectiva cambia si la situación no le favorece. De seguro podrían pensar "cómo es que nadie les dice algo?", no lo sé... quizá pueda ser la esposa o el hijo del que en ese momento estaba estacionado en segunda fila en donde no debía de estarlo...

La Educación como medio...

    Estando en la carrera, escuche a un amigo decir que estudiaba la carrera no porque le gustara, sino porque era la forma de mantener los privilegios que su padre le podía dar en ese momento, privilegios que perdería si no estudiaba lo que él le pedía... mi amigo, termino la carrera como pudo, no sé si de la mejor o peor manera, pero sé que la acabo.

    Hemos crecido con la creencia de que al estudiar una "buena" carrera nos irá bien, ya sea porque tenemos acomodo en un sistema ya establecido o porque es la que esta de moda o en auge...

    Muchos de nuestros padres se fueron en esa idea y no creo que lo hayan hecho de mala manera, sino como una forma de cuidarnos y protegernos de lo que ellos han visto y sufrido en su vida, pero... descartan el potencial que podemos tener al realizarnos haciendo lo que nos apasiona o nos gusta, algo en lo que podemos ser bueno, muy buenos o excelentes. Es un albur, no?

    Si bien es cierto que la carrera -sea cual sea- nos da otra apertura de mente y herramientas que podemos o no usar, no creo que sea la solución, porque luego tendremos "profesionistas" no profesionales; en lugares en los que no queremos estar o en lugares en los que no nos podemos desarrollar como individuos.

    Estamos confiando en que "todo ira bien", pero que nos hará individuos mediocres o insatisfechos, viviendo una alucinación de lo que debemos y no debemos hacer. 

    Si alguien estudia algo en lo que "nuestros" cánones determinan que no es bueno, es seguro escuchar cosas como "morirlas de hambre", pero... no sé, si quieres ser artista -en cualquiera de sus modalidades- te dirán "no sé a qué le tiras", pero es nuestra propia ignorancia la que habla, porque no sabemos valorar la pasión y el tiempo que cada quien dedica a lo que hace; si un artesano dice que su artesanía -valga la redundancia- vale X cantidad de dinero y nos parece "mucho" es porque ignoramos el tiempo y la dedicación que se necesita para crear algo. Entonces es cuando la ecuación falla...

    Si todos, de alguna u otra forma estamos dispuestos a pagar por algo que nos gusta, no dudaríamos en dar el dinero que X persona pide por ello. No hablo del artista "consagrado" que pone un clavo en la pared diciendo que simboliza "el ancla que nos apega a la realidad", sino a artistas y creadores que dan su vida y su pasión en ello, que han pasado por un camino lleno de discriminación y poco entendimiento de su pasión. 


    Todos somos capaces de ser creadores, pero pocos están dispuestos a pagar el precio por ello. Son los locos de nuestro tiempo, de nuestra era, porque se atrevieron a algo que no fueron capaces de hacer otros. A los niños, niñas, que no fueron capaces de defender lo que querían por cumplir expectativas de sus padres y de la gente que los rodeaba. A niños que quizá podrían haber sido los mejores bomberos del mundo, a los mejores policías, a los mejores pintores, a los mejores bailarines... a los mejores "quizá".

    Así es que pregúntate... estas donde debes estar o estas donde te dijeron que deberías estar...


Tantas cosas...

    Hay veces que quiero hablar de tantas cosas... cosas que me pasan y que continuamente pasan por mi cabeza, tantas cosas que a veces pierden sentido, vagando de una idea a la otra; cosas que van de lo personal a lo general, cosas que veo, que siento, que quiero y que sé que puedo -o quizá- debo hacer.

    Es una continua pelea, una pelea de la cual no siempre salgo airoso... 

    Últimamente, supongo que exacerbado por el momento que estamos viviendo, por tantas cosas que escucho, que veo y que palpo; por un lado, la información que recibimos diariamente, en lugar de darnos una idea mas general de todo lo que vemos, nos termina confundiendo mas aún. No sabemos distinguir entre lo que es real o lo que es mentira, lo que decidimos creer y lo que decidimos descartar.

    Hace poco escuche a una persona reírse de las creencias de la gente, cosas como los signos zodiacales o sobre la lectura de las cartas, pero... hoy -por ejemplo-, vi a una persona embarazada con un seguro sobre la ropa que usaba en su vientre, obvio recordé a esta persona en tono burlesco, pero... también debemos respetar lo que cada persona desea y quiere creer. Si bien es cierto, esto obedece un poco a la ignorancia de la gente, también obedece a creencias que uno decide o no creer, a cosas en las que uno quiere confiar. Hace mucho escuche algo que me ayudo a respetar el pensamiento y creencias de los demás...

    - No te sentirías tonto, si al morir, te das cuenta de que Dios no existe?

    - Es posible... pero, y si el creer en él me da entrada al cielo?

    - Pero si no...?

    - Y si sí...

    Creo que lo peor que nos puede suceder al pasar por X circunstancia, es pensar si pudimos o no pudimos evitarla con la mas mínima de nuestras acciones; si en nuestra necesidad de respuestas a todo lo que nos pasa buscamos en lo mas absurdo, en lo mas insignificante -al parecer- que pudimos haber hecho.... no sé, no pisar línea -güiño para los que padecen TOC-, persignarte enfrente de una iglesia, no pasar por debajo de una escalera en la calle, evitar un gato negro en la calle o simplemente tocar madera cuando quieres que algo "atroz" no te pase.

    Todo parece válido si te evita preguntas al manifestarse lo impensable.


    Quizá seamos una sociedad llena de supersticiones, pero no descarto que todos -en cierta forma-, requerimos de ella en cierto modo para mantenernos cuerdos en un mundo dónde nadie nos da una respuesta cierta de lo que nos pasa. 

    Es por ello, que no descarto que algo que no es cierto nos puede ayudar a darle forma y sentido a lo mucho que nos puede pasar, así es que seguiré viendo al Cielo con una mano en alto diciendo "no es cierto, sabes que no es personal", cuando sé que digo algo que puede sonar altanero o que va en contra de lo que creo, simplemente por convivir.

    Dejemos que cada quien decida en qué creer...