Cómo entender cuando veo a un Presidente felicitar a los Maestros en su día (15 de Mayo) por su esfuerzo y dedicación, pero al mismo tiempo querer un pueblo ignorante y sin ganas de sobresalir?
Hay programas, reformas y promesas que nunca llegan a quien realmente lo requiere y conste que no estoy a favor o en contra de nadie, pues en ambas partes se viven diferentes realidades; por un lado tenemos profesores que no tienen la mas mínima intensión de educar a los niños de este país y solo esperan con ansías la quincena, políticos que en base a programas buscan la mejora en aspectos que tienen que ver con la mejora en la educación básica pero que no dan fruto por la mala tierra en la que plantan estos; profesores que no importando las malas condiciones del clima, de los salarios y de su material pedagógico, diariamente se atrincheran en sus aulas y dan lo mejor de si, cuidando las mentes en desarrollo que tienen a su resguardo, políticos que no les interesa en lo más mínimo la educación a menos de que vaya como discurso en su plataforma de campaña...
De ambos bandos tenemos verdades y mentiras, de ambos lados hay culpa y aciertos, pero lo lamentable es que aún y cuando la intensión sea buena, no basta con ella cuando se ve opacada por la impaciencia para ver resultados.
El trabajo en el aula es uno de los pilares sobre las que se basan las sociedades modernas y fructíferas de este mundo, darle la espalda significará enterrarnos estando aún vivos y -aunque moribundos- con una idea pequeña de cuál es la salida.
El maestro tendrá entonces que encender la luz que hay en la mente de los alumnos y el político tendrá que abrir los espacios para que esta luz sea cada vez mas brillante... Encendiendo algunas, se encenderán las demás...
Por ello creo firmemente que como padres, maestros y políticos debemos dejar de ver la culpa en el otro y entender que somos quienes tenemos en nuestras manos la construcción de un mejor terreno para esa pequeña semilla, que con el tiempo será un árbol y con otros formarán bosques, que darán una identidad a la región a la que pertenecen, no importa la nación, el color o el acento, una persona educada jamás discrimina, jamás ignora y jamás agrede...
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