martes, 27 de septiembre de 2011

Cuando ya no estamos...

Es un día normal, estás en un café que te queda de paso a tu casa, has tenido un día complicado pero parece que las cosas ya van poco a poco tomando su ritmo normal; te queda un buen sabor de todo lo que has hecho, bien que mal, has superado un sin fin de pruebas que se te han presentado.

De pronto te sientes tan bien, que te das tiempo de hacer otras cosas como hablar por teléfono; por lo general nunca tienes tiempo, nunca puedes atender llamadas y qué decir de hacerlas...


Sacas el celular de tu bolsillo, buscas en tu agenda un número, uno de esos cientos que puedes tener, son pocos los que realmente memorizas, pero se entiende, en un Mundo que gira a la velocidad del rayo no creo que alguien pueda hacerlo a conciencia. 


Por fin encuentras el que andas buscando, marcas la tecla verde y esperas a que te de tono. De pronto alguien contesta, tu te ves algo consternad@ porque no reconoces la voz de quien habla.


- Hola...
- Si, bueno, creo que me he equivocado, ¿es el teléfono de sutanit@?
- Si este es.
- Me lo puedes...
- Lo siento, pero ...


Tu te quedas inmóvil, no puedes dar crédito a lo que estás escuchando.


- Si, su problema se complico.
- ¿Pero cómo? ¿por qué no supe?
- La verdad no tengo idea, supongo que si se te quiso decir, pero quizá no te quiso preocupar.
- Pero si hace unas semanas hablamos...


Sin darte cuenta entre la consternación que te provoca lo que te dicen y el mar de ideas en tu cabeza, no te has dado cuenta de que estás llorando. No soportas la idea de no haberte dado cuenta de lo que estaba pasando.


¿Qué es lo que pasa por tu mente? ¿le extrañarás? ¿le llorarás su recuerdo? ¿querrás regresar el tiempo? ¿te sientes mal? ¿qué pasa por tu mente?


Pero... ¿por qué? ¿qué acaso tu Mundo no era perfecto? solo extrañamos las cosas cuando ya no las tenemos, pero nunca reflexionamos en que las podíamos perder, quizá hasta jugamos con ello, con la simple idea como algo divertido "siempre estará" o "siempre ha estado". Nunca nos detuvimos a pensar que el futuro es incierto y que el destino es impredecible. 


Quizá ahora lloras y gritaras en silencio todo lo que tenías que decir, quizá llorarás por algunas noches y te despertarás pensando que todo fue un sueño, quizá un escalofrío te visite seguido en un principio, quizá una risa difusa por todos los buenos recuerdos que te han dejado, quizá...


Solo espero que te des cuenta que la vida no toma en cuenta la perfección de tus planes.


Y ahora me pregunto, y si fuera yo, ¿me llorarías...?

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