miércoles, 20 de julio de 2011

No me visites cuando enferme...

Quizá no es muy notorio, quizá las personas que me conocen jamás se den cuenta, pero también entiendo que se puede tomar a mal sino doy una explicación...

Tengo un problema con los hospitales, no del tipo mas común que puede ser el simple miedo asociado a la enfermedad, o a el "remedio" de la enfermedad, al miedo asociado a las agujas, el olor al alcohol o al incesante sonido molesto de un consultorio de un dentista. No, mi problema tiene mas que ver con lo que ahí veo mas que con las personas que ahí trabajan o el lugar en sí.

Hace años, mi Ángel se vio en la necesidad de recibir atención medica, una infección en su estomago nos obligo a llevarla a que fuera atendida. Como todos, fuimos presas de filas, rodeados de personas enfermas, caras desveladas, expresiones de dolor, angustia, y del mal servicio que en ocasiones -sino es que siempre- ahí se ofrece. He tenido ésta platica con un amigo -hermano del alma- al respecto y lamentablemente aunque entiendo sus argumentos a la hora de defender el Sistema de Salud, lamentablemente no es una cosa que comparta o me haga cambiar mi perspectiva. Tampoco quiero decir que todo lo que esta ahí no valga la pena, simplemente que no entiendo como es que se atiende con tanta despreocupación a las personas que por ahí se ven obligados a pasar.

Me vi tentado a gritarle a las personas ante mi desesperación al ver a mi Ángel llorar del dolor; me vi forzado a pedir paciencia "divina" ante el no saber que es lo que en sí tenía, y luego, al darme cuenta de que no l@ estaban atendiendo como deberían; me vi desanimado y desesperado al saber que no mejoraba; me vi superado al no entender porque ven sufrir a un bebé y se van a sus casas con la tranquilidad de haber hecho "todo" lo que debían hacer, me vi derrotado cuando mi Ángel lloraba y me decía que el ayudara, mientras 5 enfermeras trataban de ponerle una aguja para darle suero y ella en su desesperación solo hacía que la lastimaran mas...

"¡Papito, diles que no me lastimen... Papito, ayúdame...!"

Son palabras que siempre sonarán en mi cabeza y que me he prometido jamás olvidar...

Todos y cada uno de nosotros hemos pasado por algo similar, sabemos y entendemos que son muchas las personas y todos necesitan de atención, no puedo comparar mi dolor con el de alguien mas, no merece un adulto mayor ser atendido antes que yo o viceversa, pero si ya de por si es difícil estar enfermo, ahora imaginen ser ignorado por quienes se supone te van a atender. 

Lo mas triste es que a pesar de que los doctores, enfermeros, secretarías, etc. laboran, viven del sistema, gozan de sus bondades y disfrutan de sus beneficios, son mas eficientes en sistemas privados, siendo que éticamente deberían de ofrecer el mismo servicio aquí y allá, donde sea, donde estén. Es donde me doy cuenta de que no sabemos enfocar nuestras virtudes y no estamos donde deberíamos de estar, no tenemos el don de ayudar, no conocemos la bondad y el gran compromiso que es cuidar una vida. No digo que se cuenten con las mismas características en un hospital privado que en un "Seguro", a final de cuentas el servicio médico es un muy buen negocio, porque las tendencias cambian, las modas pasan, pero siempre habrá gente enferma, pero tampoco entiendo como es que en un lugar te esfuerzas mas y en otro menos. Quizá lo explique el hecho de que en un lugar te exigen y en otro no, quizá sea un ejemplo mas que nos encanta vivir con el látigo golpeando nuestra espalda.

He visto a familiares y amigos acudir a un hospital, me he dado cuenta de lo difícil que es atender a tanto paciente, pero también me he dado cuenta de las terribles carencia que hay producto de la ineficiencia de las personas que en un estado de comodidad piensan que se han liberado de hacer lo que les corresponde y de la apatía que impera al convivir todos los días con alguien enfermo.

Con esto, no quiero decir que toda la culpa la tiene el hospital, ni todas las personas que laboran ahí, mi idea no es culpar de todo a los demás, simplemente me quiero disculpar, porque quizá en alguna ocasión necesites que yo este ahí para tomar tu mano cuando estés enfermo, quizá un día sea yo quien necesite la tuya, pero me disculpo -una vez mas-, quizá no pueda tomar tu mano cuando la necesites, porque me vea rodeado de un Mundo que no puedo cambiar y que no te mereces, quizá no quiero pasar por eso para no renegar mas de lo que no entiendo del Mundo y no comprendo de las personas, quizá no quiera que tomes mi mano cuando yo este enfermo porque no quiero que me veas demacrado y en un Mundo triste, todo lo contrario a lo que trato de ser, quizá tenga tanto miedo que al verte solo me corran las lágrimas y te des cuenta de que todas las veces que me hice el fuerte contigo, solo ocultaba todo el miedo que le tengo a lo que me puede lastimar...

No creas que le tengo miedo a la enfermedad, sé que el cuerpo es susceptible a lo que pasa a su alrededor y a los malos cuidados que tenemos de el; no creas que le tengo miedo a los hospitales, le tengo coraje a todas aquellas personas que no atienden a las personas, no como se merece, sino como se debe; no creas que mi soberbia serás mas fuerte que mi dolor, quizá tenga necesidad de acudir a un hospital, tengo miedo a que un día me vean como un paciente mas y no como a una persona que necesita de su ayuda.

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