Me preguntan... "oye, por qué no regresas con ella ahora que puedes...?"
Y la respuesta parece simple, aunque no lo es... quizá como forma de auto-conservación, o como forma de auto-protección, es decir " es que yo no soy el mismo"; lo considero una forma elegante de salir airoso del problema; una forma de liberarme del contratiempo que la pregunta en sí me genera...
Podríamos remontarnos a todo lo que fuimos, a todo lo que éramos como pareja, a lo bello o lo bueno que se veía venir en un por delante... pero no, no fue así y no lo recuerdo. Sí, si tuve momentos maravillosos que recordar y que valorar, pero no todo fue miel sobre hojuelas, no todo fueron gritos y peleas; todo pasó como tenía que pasar, con sus días buenos y días malos, con sus días maravillosos y cosas que me encantaría volver a vivir.
De que tuve errores, claro que los tuve; de que tuve aciertos... claro que los tuve, todo fue en la justa medida de que tuvieron que pasar, días negros, días grises y también muchos días azules... Gracias a Dios los tuve...
Pero lo que me da mas miedo y me tomó mucho tiempo reconocer, es que no solo perdí mucho de lo que yo era en todo ese proceso, en todo ese camino, en todo ese mar de emociones conocidas y no, en ese camino del que caminé a su lado, del que tomado de su mano me presento...
Cuando me preguntan... "por qué no regresas con ella?", me duele reconocer, pero entiendo que es ella quien realmente no supo con quién camino de la mano... nunca supo lo que realmente yo era...
Así es que si me preguntas "por qué no regresas con ella?" te diré lo mismo, "es que he cambiado", aunque debes de saber que fue ella quien nunca supo como regresar a mi...
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