sábado, 21 de noviembre de 2015

Solo a las puertas del Cielo...

A lo largo de mi vida he ido adoptando creencias y costumbres que sinceramente no sé de donde salieron, supongo que es una manifestación de lo que considero como una forma de fe o una extraña adaptación de lo que mis padres me enseñaron en combinación con lo que vivi con amigos, maestros y conocidos.

Las cosas que nos pasan, siempre dejan profundas heridas y buscamos la forma de evitarlas o intentar ser fuertes para soportarlas, es un extraño juego que puede parecer o ir de la cobardía al masoquismo... 

Desde hace mucho escuche de la importancia de tener una mascota en casa; las razones pueden ir desde la compañía, pasar por la salud (porque algunos te ayudan con las alergias), hasta el simple hecho de tener algo que presumir (cuando se trata de una "buena" raza). En mi caso esto fue complicado en casa, no siempre fue bien visto la idea de compartir una responsabilidad de esa magnitud y no por falta de "compromiso" de nuestra parte, sino que a final de cuentas era o podría ser un animal grande. En fin... 

Luego de años y después de una primer experiencia -que no viene al caso- llego mi "Bob", la verdad es que es de mi hermana, pero creo que lo disfrute y Gracias a Dios lo sigo haciendo mas yo... Recuerdo que de pequeño cabía sobre la palma de mi mano y conste que no soy muy grande, digamos que soy de estatura y complexión promedio, esa excusa siempre me ayuda y no me hace sentir tan mal conmigo mismo. Me tocó sacarlo de abajo de un mueble a plenas 2 de la mañana, cuando sus aullidos levantaron a mas de una casa por lo agudos y fuertes que estos fueron. Me toco barrer el patio en mas de muchísimas ocasiones y renegar porque parecía que lo hacía a propósito -jaja-. Cuando estudie el nivel superior mis clases eran por la tarde, así es que en las mañanas él me acompañaba a correr, obvio con la ayuda de una correa, porque digamos que tenía la atención dispersa como un servidor, al llegar a casa le soltaba la correa y el salía a explorar los alrededores mientras que yo terminaba trabajos y me arreglaba para salir a la escuela; me encantaba chiflar y aplaudir y que él a lo lejos al escucharme corría a casa y sabía que era hora de entrar a casa... Que cosas tan geniales te dan las mascotas no?

Después de años me ha acompañado en un sin fin de historias, en desvelos, en reniegos y hasta en diferencias. Hoy a la distancia veo como es que su vista y su caminar es cansado, es normal, tiene mas años de los que habitualmente consideramos como normales para un perro. 

Hace semanas la puerta de casa quedo abierta y con ella llego la ausencia de mi perro; se le busco en los alrededores, en la perrera municipal, en los callejones y lotes baldíos que tiene la colonia y nada... la verdad es que después de días y semanas llegue a perder la esperanza de volverlo a ver con vida. Aún hace días buscaba entre los jardines y arbustos, pero nada... sabía que lo había perdido.

Luego llego la muerte de un amigo muy querido, de un hermano de vida a quien le debo muchas cosas (salud donde quiera que estés hermano); eran 2 perdidas muy fuertes en tan poco tiempo. Conste que no pongo a la par una de otra, solo digo que ambas en su medida fueron muy fuertes para mi. Entonces comprendí que esa era la labor de mi perro, me reconforto el saber que mi perro había acompañado a mi amigo. Ambos eran de la  familia y ambos estaban juntos. Mi creencia es que el perro o da la vida por ti o te acompaña cuando tu ya resolviste la tuya... y al parecer así fue. 

Después del shock emocional que traen consigo las perdidas de seres queridos, todo parecía regresar a la normalidad, todo en calma, todo en aparente orden... De pronto comienzan a llegar a mi celular mensajes de casa y de mi familia... Bob había vuelto, ya se habían cumplido 3 semanas y de él ni sus luces, lucía normal, jovial y hasta de buen humor, nada que un poco de calle y distracción no puedan resolver (pillo). Mi perro estaba en casa y con él habían llegado muchas dudas solo superadas por las alegrías. Entonces comprendí otra cosa, mi perro acompaño a mi amigo, pero solamente a la puerta del Cielo, le dio una compañía de casa para que no se sintiera solo, seguramente en la puerta se despidió y regreso a casa porque su labor aún no estaba terminada...

Desde ese día me prometí ayudarle con el peso que carga sobre sus pobres 4 patas, que seguramente el camino a esas puertas fue largo y aunque la compañía lo hizo mas llevadero no deja de ser un gran peso para él y lo avanzado de su edad. Gracias amigo, aparte de serlo para mi, también los fuiste para el.




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