lunes, 9 de abril de 2012

Es importante que lo sepas...

Salgo corriendo del trabajo, no dispongo de mucho tiempo y quiero aprovechar al máximo el poco o mucho que tengo. Corro a casa, veo cuales son las prioridades, que es lo que debo de hacer primero, que es lo que debo de hacer después, hasta lo que puedo hacer al mismo tiempo que otra cosa o busco el orden apropiado para aprovechar mejor el trabajo y por ende el tiempo.

Barro el patio, lo lavo por aquello de las malditas dudas; limpio y apilo las sillas con las que cuento para luego volverlas a acomodar; limpio una pequeña mesa donde pondré las cosas que vaya necesitando; quito los restos de carbón que han quedado sobre el asador y lo acomodo en su lugar; por ende, limpio la rejilla que va en el asador, nunca me ha agradado la formación de costras que crea la carne sobre el metal y no me da buena apariencia, así es que me esmero por quitar todo hasta dejar el metal en buenas condiciones o al menos aceptables; desparramo algo de carbón sobre la placa del asador y lo acomodo de tal manera en que quede listo para cuando sea necesario encenderlo; corro a el patio frontal y hago el mismo procedimiento de lavado; de vez en cuando hasta lavo las ventanas, paredes y puertas del patio, no te voy a mentir, no lo hago siempre, pero si cuando es necesario; acerco a la puerta las tinas con envases para su próximo "relleno"; acomodo el carro de tal manera que quepan mas en mi acera; saco una pequeña mesa de la casa, sobre ella coloco un monitor, la enchufo en una extensión que en el pre de "que va después de que" aproveche para poner, estiro la extensión que pedí con anticipación a mi  "proveedor" de cable, veo si todo funciona correctamente, al parecer si, sino pues no ha de ser una cosa de otro mundo, algo que no pueda reparar en ese preciso momento...  todo tiene que estar en su lugar.

Ya con un poco mas de calma me baño y mientras lo hago, mentalmente veo que es lo que puedo usar para la ocasión; pienso en cuanta gente espero, en cuanta me confirmo, en que quizá no todos lleguen o que quizá me lleguen de mas -siempre bienvenidos-. Salgo de la regadera y me apresuro a vestirme, a pesar de mi esfuerzo el tiempo me ha comido algo de terreno así es que no puedo perderlo mas.

La primer visita de la tarde llega, la paso hacia donde esta la televisión, le explico de las ventajas que tiene al haber llegado temprano, se sienta y comenzamos a conversar, soportamos el interrogatorio obligado del uno al otro solo para ponernos al tanto de lo que nos ha pasado; enciendo el televisor y comentamos algunos detalles previos, empiezan las primeras sonrisas, pero también las primeras excusas, quizá se tiene que ir temprano por X cosa que se le atravesó, que puedo ser desde trabajo por la mañana al día siguiente -aunque lo dudo-, un compromiso familiar o un compromiso personal del que "no se puede safar"; me digo "no importa", pero la verdad es que si...

Otros mas van llegando y poco a poco cada quien va buscando y acomodandose en su lugar, el juego es interesante y de vez en cuando compartimos gritos, risas, reclamos y puntos de vista en susurros que todo mundo escucha, alguien mas llega, pero al termino del juego, entre la comida-cena, la bebida y muchos deseos de salud mutuos, notamos la ausencia de alguien del grupo, como es de esperarse, llamamos, pero en la primer ocasión no contesta, le damos tiempo, 30 o 45 minutos nos regresa la llamada y nos amenaza con ir en unos minutos mas. La primera de las visitas avisa que se tiene que ir y alguien mas le hace segunda, los demás preguntan ¿por qué? pero algunos por compromiso, otros por una verdadera preocupación y ganas de que nadie se vaya de ahí.

Entrada la noche, con un poco de falta de salud a pesar de todos los buenos deseos, llega el que faltaba; lógico, siempre con una buena historia que compartir y risas que brindar. Nos ponemos al tanto y le decimos de lo poco o mucho que se perdió, un reclamo, quizá hasta dos, pero no pasa de ahí. La mayoría se empieza a retirar y solo nos quedamos los mas "voladitos", compartimos los últimos tragos, las últimas risas y nos despedimos con un abrazo. El último quiere recuperar tiempo perdido, pero por mucho que me esfuerzo no puedo seguirle el paso, nos retiramos...

Al cerrar la puerta y al hacer el recuento en mi cabeza veo que ha sido una noche buena, en eso volteo y veo como ha quedado el patio, ha sido una buena noche, pero no auguro lo mismo para la siguiente mañana que llegará en un par de horas mas. Recojo lo que puedo y solo lo que es necesario, desprecio recoger lo que puede esperar, pero lamentablemente son pocas las cosas, me apresuro a dormir.

A la mañana siguiente termino lo que en la noche o madrugada anterior empece, recojo lo que hace falta; acomodo lo que tengo que acomodar, barro lo que tengo que barrer y limpio lo que hay que limpiar. Todo debe quedar en orden, mi padre me dijo que si estoy dispuesto a desvelarme es porque tendré la fortaleza de levantarme al día siguiente, sin escuda ni pretexto, lo hago, eso no quita que no este en mis mejores condiciones, un poco por la desvelada, otro tanto por la cruda que conlleva el tanto brindar y el resto por los vicios que se esfuman en el aire. 

Solo sonrío y me pregunto "pero qué tal anoche...?" con el toque de sarcasmo implicito, cortesía de la casa.

Si has llegado a éstas líneas, te preguntarás "bueno, pero a dónde quieres llegar", quizá no es bueno que lo diga porque no quiero que parezca reproche, pero si creo que es importante que lo sepas, porque en ocasiones parece que dudas un poco del valor de tu amistad para mi. Eres lo suficientemente importante en mi vida, como para que siempre te pueda ofrecer un lugar limpio, una silla en la que te puedas sentar, una mesa en la cual comer, un plato que te quite el hambre, una bebida que te alivie tu sed, una mano que te salude con entusiasmo, una palmada que te haga sentir bien recibido, una platica que te permita sacar lo que quieres decir, bromas que te permitan reír y el tiempo suficiente como para preocuparme si vendrás o no vendrás, no importa que yo no sea una prioridad para ti o que tengas otras mas antes que yo, no importando que tengas mejores cosas que hacer después de compartir el tiempo "muerto" con el que cuentas, o que si solo reclamas atención de quien te rodea, no importando que en ocasiones saques tus frustraciones conmigo y que te vayas mas ligero, dejando el peso sobre mis hombros, total, ¿para qué somos los amigos...?

Así es que discúlpame -a su vez- si no siempre recibes lo que quieres recibir de mi, pero créeme que doy todo lo que puedo dar, y como siempre, un poco mas...

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