Y me vi con miedo, no sabía exactamente que es lo que debía hacer... el Demonio andaba suelto y nadie parecía tener control de él. La gente a su alrededor parecía ignorarlo, quizá nadie lo reconocía, luego me di cuenta de que lo que en verdad pasada era que nadie lo quería ver a los ojos, a todos les resulto mas fácil ver hacia otro lado y seguir con su vida.
Sus ojos estallaban en sangre, tenían sed de venganza, era tal su enojo que no podía decidir qué hacer primero, en su mente se maquinaba algo siniestro, buscaba la manera de hacer mas daño y que éste fuera irremediable, no le importaba nada, buscaba desesperado el arma perfecta, la punta de la lanza que clavaría sobre todo aquel que se atravesara en su camino, no tenía nada que perder y mucha furia que saciar.
Paso a paso su inquietud crecía, cada paso significaba estar mas cerca de su objetivo, cada vez mas próxima, cada vez mas tentadora...
Cada pensamiento cobraba cada vez mas fortaleza, cada objetivo tenía su importancia; llego a pensar que todo era tan claro que se quejo de no haberlo reconocido antes, las voces en su cabeza no cesaban, todas y cada una de ellas aportaban algo nuevo, algo mas que contemplar, algo mas que abarcar, nada tenía que estar fuera de su alcance.
Yo estaba cerca, escondido, le seguía solo para saber exactamente que es lo que iba a hacer, fui testigo de cada paso que dio, fui testigo de cada risa que expulso, la misma risa combinación de la burla y locura, esa risa que te asusta por no saber que esperar, que lleva a momento de lucidez o un momento de desesperación, sin saber donde iba a parar... No tuve el valor de detenerlo, no sabía que me podía pasar, el miedo de perder mi cordura por el solo roce de aquel mal me invito a ocultarme y apartarme de su camino.
Aquella escena producto de mis peores temores estaba pasando, frente a mis ojos, no podía creer lo increíblemente parecida que era a mis pesadillas, todo tan nítido, todo con tanto contraste, tan real...
Vi como levanto su mano con tanta furia que reconocí frente a el a su objetivo, creo que el impacto fue tal que por inercia yo también levante el brazo para cubrirme; de pronto veo en su mano algo extraño, algo que llama mi atención, aquella mano no encajaba con todo lo demás, como si no fuera parte del mismo cuerpo; cuando menos lo pienso estoy a tan solo unos pasos a su espalda, como inducido por un reflejo inconsciente camine hacia el sin darme cuenta.
De pronto voltea y me mira, sus ojos me ciegan, es tanto el resplandor que emana de el, que me aturde unos segundos, toma un respiro que parece una eternidad, me deja recuperar la postura, es entonces cuando un escalofrío recorre mi cuerpo, es ahora cuando entro en pánico, no sé que me hará ahora que estoy des-protegido frente a el, toma mi mano mientras me dice "te estaba esperando", el escalofrío regresa ahora con una descarga mas, es aún mas fuerte que la primera, me paraliza, siento como el frío recorre mi cuerpo, su mano helada me dice que soy yo a quien quiere, que quien pensaba que era su objetivo era tan solo un señuelo para sacarme de mi escondite.
Toma mi mano y la extiende, pone sobre ella una daga y la amarra con un pedazo de cuero en tiras a mi muñeca, me dice: "termina lo que has venido a hacer", es entonces cuando un sin fin de imágenes recorren mi cerebro, como un disparo que me atraviesa el cráneo, todo con la rapidez del rayo, el miedo que sentía se convierte en furia, mis ojos se llenan de sangre y mis quijadas se aprietan una contra otra que parecen soldarse, todas las imágenes me llenan de dolor y de sufrimiento. Con una voz gruesa y hueca me dice "primero termina con lo que te estorba"; el bulto aquel que estaba frente a el toma nuevamente forma, reconozco en su mirada miedo y confusión, es entonces cuando avanzo hacia el con la decisión que me proporcionaron aquellas imágenes traducidas en sentimientos de abandono y rechazo.
Algo llama mi atención a mi lado izquierdo, algo se mueve, de reojo trato de adivinar quien se acerca, algo o alguien me asecha; volteo rápidamente y descubro con algo de asombro que no es mas que mi reflejo en un vidrio sucio y manchado, limpio con mi mano pues la imagen me es confusa, es entonces cuando reconozco que el demonio que me entrega la daga soy yo...
El odio se convierte en desconcierto, no entiendo como es que puedo ser varias personas a la vez, como es que de ser testigo de aquello, ahora me convierto en el antagonista de la historia. Todo me es tan confuso y mas voces se agregan a ni cerebro, volteo de frente a aquel bulto, descubro que este, poco a poco se levanta mientras me dice "todo estará bien" y me abraza.
Un llanto desconsolado sale de mi garganta y el abrazo de aquel bulto me reconforta, reconozco su aroma y el tono de su voz, me doy cuenta de que él es todo lo bueno que hay en mi... mi furia por poco logra destruirlo... tiro aquella daga y nos fundimos en una abrazo mientras la paz me llena nuevamente, la serenidad llega a mi corazón, me da la fortaleza de ver que todo aquello no soy yo, que por mas coraje que sienta en mi ser, siempre debo de actuar en base a todo aquello que me permita vivir tranquilo, que el momento de dolor no justifica el lastimar a alguien mas, que yo no soy así y eso precisamente eso lo que me hace diferente...
Reconozco que me vi al espejo, vi al demonio que llevo dentro, que esta latente, por un momento me cegué con sus ojos...
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