martes, 18 de agosto de 2020

Quién te pregunto...?

 Quién te pregunto…?

Primero que nada tengo que hacer dos declaraciones;  la primera tiene que ver con las medidas de seguridad… obvio las avalo y las recomiendo, así es que lo siguiente no tiene nada que ver con la “desobediencia” de la misma; dos… simplemente es una comparativa de como es que vivimos las cosas las generaciones conforme va pasando el tiempo, cada una de ellas cuenta con sus propias características y debemos de verlas y juzgarlas como tal.


Así es que dicho lo anterior…


Voy por la carretera en mi bicicleta, disfruto del viento y el aire que entra y sale de mis pulmones, me siento algo aterrado, asoleado y sudoroso… en verdad que me siento muy bien. Desde hace algunas semanas atrás un amigo nos hizo la invitación para realizar otro tipo de actividades en grupo y salir un poco de la rutina de cada jueves o simplemente agregar un tema más para el fin de semana y anécdotas a la vida. Así es que nos dimos a la tarea de fuera como fuera, atender al llamado cada fin de semana.


Ha sido una maravillosa mañana, todo en calma y vamos de regreso; para estas horas del día, mucho más personas comienzan, están o terminan sus rutas semanales a montaña o en carretera; cada quien arma como mejor le place el recorrido con su grupo.


En un trance especial, propio del momento, vengo en lo mío… pienso en el día, es mi semana, en si hice o no bien en el trabajo, en desayunar un par de gorditas y un refresco en la primer fonda que encontremos y en tomar un buen baño llegando a casa, fue un buen día...


De pronto alguien grita desde el carril contrario; es un niño, veo que suelta los cuernos de su bici andando y golpea su casco con ambas manos. Al principio no lo entiendo, era como ver a un “gorilita” golpear su pecho, me “saqué de onda”, luego, después de un segundo, entendí… me estaba señalando que yo no contaba con un casco para la ocasión, sonrío y lo saludo.



No lo sé… obvio entiendo que es importante traer un casco, aunque soy de una generación en la que las medidas de seguridad valían gorro a lado del regaño que te daba tu mamá al llegar con los pantalones rotos, una bicicleta descompuesta o un balón ponchado. Soy de una generación que se crío en los lotes baldíos, en las casas en obra negra, con clavos oxidados y raspones en las rodillas; de los que al no haber balón lo armábamos con bolsas dentro de otras bolsas hasta que conseguíamos la sensación adecuada del “balón”, de los que jugábamos con un bote de “frutsi” entre la horquilla y la llanta para que emulara el sonido de una moto, mientras subíamos y bajábamos montones de tierra en las construcciones de la colonia; jugué a salir del salón corriendo a tocar la pared de en frente evitando que el profesor se diera cuenta; a la “trae” con niños y niñas; a ver que había en la bodega de la primaria… en fin, jugué!


En mis años de infante, no había muchas medidas de seguridad, quizá nuestro Dios era mas grande o unos padres mas desconsiderados, no lo sé; tengo pocas marcas en las rodillas, pero eso no significa que no me haya caído, quizá solo tuve mucho mas cuidado, producto del miedo de llegar a casa sucio y con el pantalón roto; tuve que poner mas atención sobre las llamadas de atención de mi “sexto sentido” que me advertía de donde si y de donde no meterme; no lo sé… quizá mi Dios era mas considerado y nosotros mas silvestres.


Creo que me hubiera gustado tener la edad en ese momento de aquel niño para resolverlo todo como lo hacíamos cuando lo era yo... él al hacer el gesto de golpear su casco,  yo le hubiera respondido “quién?”, él hubiera dicho “quién qué?” a que -hábilmente- yo hubiera contestado “quién te pregunto…?” y eso, en mis años, siempre terminaba o en sonrisas o en un punta final a una discusión a la que no estabas dispuesto a nutrir. 


Pero aprecio el gesto a quien con un gesto de superioridad que da la basta experiencia, se preocupa por mi salud física y mental, muchas gracias niño donde quiera que estés, solo que considero que era mas peligroso soltar los cuernos de tu bici al llamarme a mi la atención… ;)


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