Espero que aún no sea tarde para hablar de esto; a final de cuentas siempre es buen momento para hablar de lo que nos ha pasado y de lo mucho que hay que agradecer...
Para mi el 2016 fue un buen año en muchos sentidos, gracias a Dios tuve muchas pruebas, que aunque difíciles, pude salir airoso, al menos eso creo o eso arroja mi balance.
Obvio, no con esto quiero decir que todo fue miel sobre hojuelas, o que se entienda que todo para mi es simple o sencillo, todo lo contrario, hubo mucho drama, dolor y sufrimiento, pero sobre todo... mucho aprendizaje.
Junte mas de 12 estrellas, 14 según las cuentas, esto fue mas del doble que el año pasado; un tipo de cambio mas injusto que el regaño de una madre molesta con la persona equivocada; 12 aventuras escritas; mas cintas de las que normalmente puedo aguantar; una ventana y media hacia un mundo desconocido; muchos móviles, algunos alados; muchos sueños de niño y pesadillas de grande; promesas, ilusiones y desatinos; mas de 30 sonrisas infantiles; pude evitar 2 cuerdas al cuello y 1 fusilamiento; 366 desvelos, algunos por gusto, la mayoría por compromiso y dedicación; muchos kilos sobre mis brazos y hombros, menos kilos en mis bolsillos; estrés, cansancio, desesperación, incertidumbre, fastidio, agotamiento, salud mermada, arrepentimiento, aceptación, resignación y vuelta a la fe... 1 solo proyecto desechado, producto de la frustración que genera la traición y el abuso de terceros, mal asimilado por mi persona, 1 solo proyecto abandonado por la fuerza o sin mas remedio que la aceptación de ello.
Siempre hay que ser muy consientes de lo que pedimos a un ser divino, sea cual sea el nombre de este; yo pedí ser libre, en cambio me dio dolor y apego a historias, según yo, aún no terminadas, pero que a la distancia nunca existieron. Doy gracias al dolor por lo vivo que me hizo sentir, hoy puedo ver las cicatrices y sonrío.
Las pruebas mas duras las recibí de personas a las que quiero o personas que dicen quererme, que aunque retorcido el concepto, no dudo de la veracidad del sentimiento, sino de los métodos; no son los "que" sino los "como"... Todos y cada uno de ellos me dieron lecciones que ayudaron a mi determinación y constancia. Hoy puedo decir que no hay mejor arma que una mente enfocada.
Las señales siempre estuvieron presentes y tuve que agudizar mas mis sentidos para percibirlas de forma adecuada y elocuente, siempre me dije "hoy no, será mañana..." para apaciguar la furia interior, el demonio enjaulado; la locura solo se asomó de vez en cuando, pero solo para tomar aire y sentarse tras su escritorio, a formular nuevas maneras de perder su tiempo; la paciencia fue clave, aunque fue cuando mas flexible tuvo que ser, que parecía mas resignación que otra cosa.
En fin... fueron 366 grandes historias, 366 muertes para su posterior resurrección como algo nuevo y mas complejo, pero simple a la vez, con la belleza de la reinvención, pero lo retorcido de su proceso.
Muchas gracias por todas esas grandes historias que me proporcionaste, por todo el dolor que conllevo, porque eso ahora forma parte de mi historia y también de mi histeria, forma parte de mi entendimiento y mi tolerancia a la frustración, al filtro que ejerce presión para hacer de mi una mejor persona.
A ti 2016... Muchas Gracias.
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