martes, 8 de mayo de 2012

Los Bebés de la Familia...

Hace unos días y por varios motivos, mi familia se reunió en casa de mis abuelos maternos; la verdad es que yo batalle un poco por los horarios; entre el trabajo, las prisas y demás, pues llegue un poco tarde.

Al llegar a casa de ellos, poco a poco fui saludando a la familia que me iba encontrando; un primo en la puerta, dos tías en la sala, mas primos en el pasillo, a mamá y a la mayoría en la cocina y en el patio. Todo muy bien, todos platicando, todos sonriendo...

La verdad es que había motivos para celebrar, pero también motivos para estar tristes; entre las perdidas de familiares, entre la llegada de nuevos pasajeros de éste viaje al que osamos llamar "vida", todo estuvo bien, tranquilo, cómodo. Hace un buen que me decidí a disfrutar de lo bueno y olvidar lo malo, ya no tiene caso que pierda el tiempo en arreglar las diferencias de pensamiento y mucho menos en las de obra con cada uno de ellos. Así es que me es más fácil disfrutar de los eventos.

También me he enfocado mas en los niños de la casa; son bastantes, de todos colores, sabores y olores; de todo tipo de carácter, hay de los tranquilos, de los risueños y de los "chillones". Corro a abrazarlos, los beso, los cargo, los llevo a un lado, los llevo al otro, me dedico a ser un tío de tiempo completo cuando los veo, ya que mis ausencias en ocasiones son prolongadas y mis excusas muchísimas...

Cada uno tiene su encanto, cada uno tiene su motivo de ser y de estar. En verdad agradezco a Dios el que haya tantos en casa y que no todos sean míos, porque sino me volvería loco (Jajaja), sé que son complicados cuando se tienen tiempo completo, así es que los disfruto y trato de ayudar a sus padres con su carga, solo por un momento, solo por un rato.

Abrazo a mi sobrina, segunda hija de la mayor de todos los primos, tiene la misma cara que su madre, y por ende algo de se carácter, al referirselo, ella solo sonríe pues entiende que la justicia divina existe y que ahora ella "paga por todo lo que debe", yo en verdad no lo veo así, sino todo lo contrario, veo como es que la vida nos va inmortalizando sin que nos demos cuenta de ello, lo vemos como un castigo en lugar de todo un honor, aunque debo de admitir que hay un excepciones (Jajaja), pero no, éste no es caso...

Siempre bromeo que los subiré al carro cuando me vaya, prometiendoles que tendrán muchos juguetes y también mucha ropa, la verdad es que en ocasiones no solo es por los niños, que en sí ya merecen mi cariño, sino porque son un retrato de lo que fuimos mis primos y yo cuando éramos pequeños. Salgo con mi sobrina en brazos, afuera están tres de mis sobrinos, el hijo de mi hermana me representa y los dos hijos de mis primos a ellos, tienen el mismo orden que yo con ellos, y me pregunto ¿así nos veíamos de pequeños? lógico el carácter es diferente, la forma de ver la vida también, pero no dejo de ver una pequeña ventana al pasado y sonrío.

Me despido no sin antes amenazar con un día llevármelos, mis primos, tías y abuelos sonríen, doy besos, toco cabezas y me retiro. En verdad doy gracias a Dios por la dicha de tener todo un ejercito de clones nuestros, aunque también quiero ver como me va a ir en Navidad... jajaja Bienvenidos sean los niños...


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