Hay ocasiones en que reflexiono sobre las cosas que pasan en mi y a mi alrededor; busco cosas que me motiven a seguir adelante, pero solo veo cosas que a cualquier persona la deprimirían y les darían motivos para no seguir, tengo que pasar por un proceso de deterioro, de purga, de asco y hasta de vomito, antes de ver las posibilidades que también hay.
Siento que mucha gente se da por vencida antes de dar la pelea, tienen miedo de fracasar en el intento y tienen vergüenza por hacer algo que los "denigre", no se han dado cuenta de que el trabajo no denigra, sino enaltece el espíritu humano, convierte a los niños en hombres, te hace de un nombre, te recomienda, te da una identidad. Buscamos respuestas en lo que tenemos y en lo que ello nos hace, que si tenemos un televisor de LED somos "fregones", que si tenemos un estero mas ruidoso que del vecino somos mas que el, que si vestimos mejor, que si traemos esto o aquello, se nos dieron falsas instrucciones sobre lo mas valioso y lo que verdaderamente importa.
Hace unos días escuche una historia que me demuestra que allá afuera hay gente con la misma perspectiva que me gustaría ver en las demás personas; un hombre normal, común, de esos que son de bajo perfil, pero que son constantes, que acude todos los días a ciertas zonas o áreas de ventas, que tiene a su familia esperando en casa, que ve por ellos, de los que salen todos los días a dar la pelea, de los que traen en mente hacer lo que tienen que hacer, vende X cosa, no es importante lo que hace sino como lo hace. Un día se topa -lamentablemente- con una persona completamente diferente a el, su némesis, quien le arrebata todo lo que tiene sin demostrar culpa alguna, él sabe que tiene gente que lo espera en casa y ve mas allá de su coraje, ve mas allá de lo que le han quitado, quizá le han quitado algo material, pero se alegra de que no le han quitado la vida y las ganas por vivirla, que no le han quitado lo mas importante que es su espíritu luchador y emprendedor. Supongo que llega algo consternado a casa y quizá le pudo o no contar a su familia; cualquier persona gritaría al cielo "¿por qué a mi?", pero él no, él busca que debe de hacer ahora, sale y busca entre sus vecinos y conocidos una oportunidad, pide prestado un par de cosas, las acomoda, las prepara, al día siguiente, temprano, como es su costumbre, se topa a las mismas personas de siempre, solo que ahora les ofrece otro servicio, sin quejas, sin dudas, les responde con una sonrisa a aquellas personas que le preguntan el por qué del cambio, no demuestra ni pide compasión, solo sonríe y sigue adelante con su nuevo trabajo.
Aquí no hace falta trabajo, faltan gentes dispuestas a trabajar, buscan culpables, pero no ven su falta de compromiso. El Gobierno, el Estado, la Política, etc. no la podemos cambiar solos y de golpe, tenemos que poner de nuestra parte, y tenemos que empezar dando nuestro máximo esfuerzo día con día y hacer lo que tenemos que hacer, luego podremos exigir.
Recuerden que el Sol sale para todos, pero no todos salen a dar la cara al Sol...
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