martes, 19 de junio de 2018

Por humanidad...


No puedo explicar la rabia e impotencia que siento al ver imágenes de niños enjaulados como animales después de haber sido separados de sus familiares por las políticas de "cero tolerancia" ante inmigrantes en la frontera con Estados Unidos. Siempre hemos visto imágenes conmovedoras de otras partes del mundo, pensando que esto esta fuera de nuestro alcance, fuera de nuestro impacto social, pero no... esto esta pasando a unos pasos de nuestra frontera con nuestro vecino de mas al norte... 

Qué esta pasando por las mentes, no solo del tipo que dió la orden, sino de todas aquellas personas que la llevan acabo? porque no nada mas la culpa es del "que mata la vaca, sino también del que le agarra la pata", que deshumanizadas personas se han vuelto; quizá tanto horror que han fomentado ellos mismos se ha vuelto en su contra y no les permite ver mas allá del odio que nubla su visión y su sentido común... son niños!

Y este coraje y rabia no nada mas va dirigido contra el gobierno vecino, sino también con el propio, porque independientemente del reclamo antes todas las instancias mundiales sobre derechos humanos, Naciones Unidas y demás, lo primero que deben de hacer es dar atención y ayudar a todas aquellas personas que se ven afectadas por estas políticas de odio, buscar, asesorar y brindar protección, no nada mas a los pequeños, sino a los padres y madres que se ven desprotegidos, detenidos, incomunicados y con el corazón roto por dejar a tanta gente inocente en el camino sin saber exactamente cuál será su destino y futuro.

Hoy, ustedes gobierno -y nosotros como sociedad- tienen la obligación de rescatar a todas esas familias que están siendo atacadas injustamente, porque no se trata de un asunto de inmigrantes, es un asunto de sentido común y de amor por el prójimo, no nada mas hacia el hermano de nación sino a la generación que esta siendo afectada, porque el problema de hoy será el dolor de cabeza del mañana. Se debe de rescatar a todas estas personas que quizá un día se sientan orgullosos del gobierno que los saco de su apuro, de su horror y les trajo de nuevo a la calma que da la familia o prefieran mirar a otro lado y recibir el desprecio de aquellos que se sintieron abandonados... todo esto esta en sus manos y es su elección.

Comprendo claramente la impotencia que han de sentir aquellos que están siendo atacados y que no encuentran ayuda y mucho menos consuelo de quien dicen gobernarlos y que manifiesta la frase "también cuenta", cuando lo que realmente debe de contarse no se dice y no se hace.

Ojalá que alguien tenga algo de sentido común y se le ocurra la brillante idea de hacer lo que le corresponde ante tal atropello.

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