Curiosamente pensaba que la edad y las circunstancias por las que he atravesado a lo largo de mi vida, irían modificando mi carácter para mal, gracias a Dios no fue así, lo extraño es que siento que tampoco para bien. Digamos que hay un perfecto equilibrio de emociones, no todas ellas son buenas, no todas ellas son malas, solo que tambalean en líneas de tiempo simple y definida por la incongruencia de un recuerdo...
Hay ocasiones en que una simple imagen, un simple pensamiento puede disparar un cúmulo de emociones extrañas y radicales, contradictorias y peligrosas; luego dan lugar a gratos recuerdos y agradecimiento por la simple idea de su existencia, que llega a contener un mundo de imágenes, emociones y sensaciones.
Extraño la emoción de ver a la novia por las tardes o en una noche estrellada a las afueras de su casa, bajo la luz de alguna luminaria; extraño la sensación de perdida y de desesperación por la aparente ruptura después de una pelea sin sentido pero bastante acalorada; extraño ver que las horas pasan y como mi mente se llena de ilusiones y desesperaciones que bailan una seguida de la otra en una fila indefinida e indeterminada; extraño recargarme en el hombro de alguien por el simple hecho de que lo pueda hacer, sin tener miedo, sin pretexto y sin sentido, solo porque lo puedo hacer... Extraño mas poder decir te quiero o te amo, pero con temor a la respuesta desconocida.
Ya saben, emociones simples, pero amplificadas...
Hoy me doy cuenta de lo dichoso que he sido, porque he sufrido lo bastante para verme en el piso para después levantarme, poco a poco con todo el vértigo que trae consigo, con el miedo de volver a caer, pero con la emoción de la nueva aventura que te depara a la vuelta de la esquina. Si bien es cierto, hoy los colores no son tan intensos como antes, creo que ahora se nota mas en la textura de las emociones y no tanto en su brillo o contraste, hoy es mas real, solo que dos rayitas abajo.
Doy gracias a Dios por todas esas emociones que me marcaron en la vida, pues sin ellas sería una persona diferente, no sé si mejor o peor, pero si muy diferente. Gracias por las palabras, por los abrazos, por los besos, por el rigor del desequilibrio emocional del momento, por la soledad obligada, por la promesa perdida. Mi mundo sería muy diferente sin todas esas personas que han estado a mi lado; en ocasiones me gusta divagar en mundos alternos, donde las variables fueron otras y afectaron de manera extraña a las constantes, con respuestas diferentes, con emociones diferentes, con -obviamente- resultados diferentes. Trato de no aferrarme a ideas que no pueden ser, pero en verdad, disfruto mucho de los mundos que pudieron haber sido, pero que un simple "si" o un simple "no" dieron paso a mas mundos, con mas combinaciones y con diferentes resultados.
En fin, creo que seguiré en este viaje, contemplando los nuevos matices que vendrán en el futuro, con nuevas paletas de colores y quizá otros conceptos aún desconocidos para mi, ya saben... estoy chavo y se me hace fácil...
Hay ocasiones en que una simple imagen, un simple pensamiento puede disparar un cúmulo de emociones extrañas y radicales, contradictorias y peligrosas; luego dan lugar a gratos recuerdos y agradecimiento por la simple idea de su existencia, que llega a contener un mundo de imágenes, emociones y sensaciones.
Extraño la emoción de ver a la novia por las tardes o en una noche estrellada a las afueras de su casa, bajo la luz de alguna luminaria; extraño la sensación de perdida y de desesperación por la aparente ruptura después de una pelea sin sentido pero bastante acalorada; extraño ver que las horas pasan y como mi mente se llena de ilusiones y desesperaciones que bailan una seguida de la otra en una fila indefinida e indeterminada; extraño recargarme en el hombro de alguien por el simple hecho de que lo pueda hacer, sin tener miedo, sin pretexto y sin sentido, solo porque lo puedo hacer... Extraño mas poder decir te quiero o te amo, pero con temor a la respuesta desconocida.
Ya saben, emociones simples, pero amplificadas...
Hoy me doy cuenta de lo dichoso que he sido, porque he sufrido lo bastante para verme en el piso para después levantarme, poco a poco con todo el vértigo que trae consigo, con el miedo de volver a caer, pero con la emoción de la nueva aventura que te depara a la vuelta de la esquina. Si bien es cierto, hoy los colores no son tan intensos como antes, creo que ahora se nota mas en la textura de las emociones y no tanto en su brillo o contraste, hoy es mas real, solo que dos rayitas abajo.
Doy gracias a Dios por todas esas emociones que me marcaron en la vida, pues sin ellas sería una persona diferente, no sé si mejor o peor, pero si muy diferente. Gracias por las palabras, por los abrazos, por los besos, por el rigor del desequilibrio emocional del momento, por la soledad obligada, por la promesa perdida. Mi mundo sería muy diferente sin todas esas personas que han estado a mi lado; en ocasiones me gusta divagar en mundos alternos, donde las variables fueron otras y afectaron de manera extraña a las constantes, con respuestas diferentes, con emociones diferentes, con -obviamente- resultados diferentes. Trato de no aferrarme a ideas que no pueden ser, pero en verdad, disfruto mucho de los mundos que pudieron haber sido, pero que un simple "si" o un simple "no" dieron paso a mas mundos, con mas combinaciones y con diferentes resultados.
En fin, creo que seguiré en este viaje, contemplando los nuevos matices que vendrán en el futuro, con nuevas paletas de colores y quizá otros conceptos aún desconocidos para mi, ya saben... estoy chavo y se me hace fácil...
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