No recuerdo si fue el sonido de alguna alarma o si alguien llamo a mi puerta, pero todos los jóvenes de la cuadra salimos casi al mismo tiempo; nos formaron y me pusieron en la punta del grupo junto con otros 3 jóvenes, portábamos un distintivo, no supe bien si era alguna especie de rango, por la edad o por la estatura.
Empezamos nuestra marcha y el niño que iba tras de mi se estaba empezando a retrasar...
- Qué es lo que te pasa?
- No comparto esta guerra
Mientras notaba un temor profundo en sus ojos.
- Eso no importa, ahora estas marchando, ahora eres un soldado.
- Pero es que...
- Nada! ahora estas marchando y vienes conmigo, nadie se queda atrás.
El pequeño toma algo de valor, mientras le entrego un rifle y le pido al joven que viene tras de él (sin distintivo) que no lo deje solo y que lo hago responsable de que no salga de la fila, el joven me dice que si con un gesto, pero no dejo de buscarlo de reojo.
Al llegar a la esquina, otra persona nos asigna un número de escuadrón o de pelotón, sinceramente no recuerdo si era "212" o 221", pero para efectos prácticos digamos que era el "212" y nos dice que fuimos asignados a una especie de base cercana, mientras nos dan mas equipo.
Seguimos por una avenida que era dividida por un gran camellón, al final de este se encontraba una calle que la cerraba en diagonal y una casa que era nuestra "base"; jóvenes un poco mayores que nosotros salieron a nuestro encuentro muy efusivos mientras nos abrazaban, al principio supuse que era porque les daba gusto saber de mas de su gente, aunque luego entendí que lo que los motivaba era la novatada que nos estaban preparando.
Era de noche, entre por la puerta principal a mano izquierda, pero me condujeron al lado derecho que comunicaba con un gran cochera hasta la parte de atrás del patio; en el fondo estaba una persona atrapada y amarrada entre una reja improvisada con palets, se veía que era un oficial importante a quien habían capturado, otro joven con el mismo distintivo que yo me acompañaba. Ellos se reían y burlaban del prisionero, mientras yo trataba de entender porque esa manera de comportarse, aunque supuse que era parte del shock y estrés emocional por el que habían pasado. Algunos trataban de explicar con historias rápidas todo lo que habían visto y que yo trataba de ir hilvanando para darle forma; uno me condujo hasta la entrada de la cochera, mientras me apuntaba hacia la rampa de la misma.
- Mira, a ese tonto lo utilizamos como material
Un cadáver en descomposición salía de una rampa improvisada con tierra y el cuerpo del soldado. Fue cuando empecé a distinguir cuerpos tirados en la carretera y los disparos y estallidos al fondo, se escuchaban a lo lejos, no supe que tanto, pero trate de mantenerme atento a ello.
Yo trataba de mantener a mi grupo unido y estar pendientes de ellos; entrenábamos y nos preparábamos a diario. En un momento de descanso entre a la cochera y veía como el prisionero era torturado por una especie de caníbal de su mismo ejercito, hecho a base de maltratos y hambre. Trate de distraerme con lo que parecía una pelota, para luego darme cuenta de que también era parte de los instrumentos de tortura, así es que lo deje mejor de lado.
De pronto fue cuando empecé a escuchar los disparos mas cerca, corrí a la entrada principal y grite "listos grupo 212!"; todo era descontrol, el grupo que nos había recibido corría en todas direcciones y sus ojos estaban llenos de miedo, confundidos y no sabiendo bien que es lo que tenían que hacer, fue cuando entendí que solo eran cobardes y bravucones. El camellón frente a la casa solo era iluminado por ráfagas en todas direcciones, así es que le grite a mi grupo...
- Rompan filas pero mantengan su lugar, saldremos en grupo, pero no en formación, no quiero que caigamos como fichas de domino al salir; todos somos hermanos y nadie deja atrás a nadie, entendieron?
- Si señor!
- Para esto fuimos entrenados, así es que saldremos adelante.
El grupo parecía estar tranquilo -dentro de lo que cabe-, así es que era una señal de que saldríamos victoriosos...
"Cuando era un niño,
Mi padre me llevo a la ciudad
para ver desfilar a una banda.
Me dijo: “hijo, cuando crezcas,
tú serás el salvador de los necesitados,
de los abatidos y de los maldecidos.!"
Me dijo: “Derrotarás
a tus demonios, a los escépticos
y a los planes que han hecho!”
Porque un día te dejaré,
un fantasma te guiará en el verano,
para unirte al desfile negro”.