Hace años escuche que si haces lo que te apasiona nunca tendrás que trabajar; a la vuelta de unos años creo que tiene toda la razón la frase...
Nuestra economía nos obliga a trabajar para conseguir dinero, pero jamás te invita a trabajar en lo que te gusta y así indirectamente ganes dinero por ello; el dinero es una consecuencia, no un fin.
Nos falta pasión...
Todos los días veo gente que acude a un trabajo sin la ilusión o la expectativa del desafío diario; todos están pensado en el día de pago, no importando si sea Lunes, Miércoles o Viernes; Enero, Febrero o Septiembre. Si bien es cierto que no se nos educa de manera adecuada, no toda la culpa es de ellos, sino de nosotros mismos; somos cobardes, porque aunque renegamos y nos quejamos, no tenemos el valor de aventurarnos en hacer algo que desconocemos, no porque no lo "sepamos", sino porque nos da miedo el darnos cuenta de que quizá no somos tan buenos como pensamos o si no tenemos la suficiente fuerza emocional, física y mental para llevarlo a cabo.
Pienso que si nos diéramos cuenta de la trascendencia de lo que hacemos aunque no nos apasione, quizá podría ser el semillero de futuras generaciones, porque los que vienen detrás, no verán la pasión individual sino la poesía en la acción... y no importa a lo que te dediques; puedes ser una persona que haga tarimas para colchones, porque no piensas que construyes escenarios donde se construyen sueños que mañana se llevarán a cabo; si eres albañil, piensa que construyes castillos para reyes, reinas y príncipes; si eres barrendero, piensa que eres mas limpio y consciente que los demás, porque -literal- limpias sus desordenes; si eres ingeniero, date cuenta de la virtud de ser el hombre del mañana, con la acción en el hoy... No importa lo que seas, de donde vengas o lo que tengas, lo importante es lo que puedes aportar el día de hoy.
Recuerda que no siempre se tiene lo que se necesita, pero con el trabajo continuo, eventualmente se abrirán todas las puertas a tu paso.
Sé la pasión que se requiere el día de hoy...