Es lunes (31 de Mayo de 2010) y hace mucho calor, son apenas pasadas las 7 p.m., me encuentro algo molesto pues me ocurrieron ciertos detalles que retrasaron mi regreso a casa. Voy circulando por el Blvd. Miguel Alemán y veo con cierta impotencia como los tránsitos de la ciudad solo paran a quienes se dejan, pues a los taxistas y camioneros a pesar de que cometen infracciones a cada esquina pues no se les molesta.
Llego al canal y me detiene el semáforo, veo a mi derecha el típico tránsito que se encuentra en esta esquina y vuelvo a sonreír pues sigo pensando que son un gasto innecesario, no tanto por su trabajo sino por como lo llevan a cabo; el semáforo cambia a verde y solo espero que el camión de ruta y otro vehículo avancen para poder hacerlo yo. Después de cruzar el canal doy vuelta a mi derecha en la entrada del centro comercial hacía donde me dirijo y lo hago con cierta prisa pues hay un ciclista que viene tras de mi; al entrar al estacionamiento entro en el primer carril y trato de buscar un estacionamiento lo mas cercano a la puerta pues voy deprisa, al llegar al final de ese carril hay un vehículo detenido y me dice con la mano que avance, mientras que con la otra mano sigue atendiendo una llamada con su celular, me da entre risa y coraje pues parece que no se va a mover; pienso entrar al primer estacionamiento a mi mano izquierda que veo, pues aunque no esta tan cerca como yo quería, me evitara tener que darle la cara al del vehículo que no se quiso mover.
Un segundo antes de estacionarme escucho un fuerte estruendo de llantas al amarrarse, y veo por el retrovisor como un carro arroya al ciclista que venía tras de mi en bicicleta; me estaciono de prisa mientras voy pensando en como poder ayudar, apenas me acomodo veo de reojo como 4 jóvenes comienzan a patear al joven atropellado y me digo "como puede ser posible que primero lo atropellan y ahora hasta lo patean en el suelo, indefenso". Salgo de mi vehículo y quiero ayudarlo, pero me detiene el ver a un 5o. joven -de unos 20 a 23 años- que trae en su mano una pistola; lo único que hago es quedarme al margen de los carros estacionados. Veo como uno de ellos arrastra la bicicleta y la avienta a uno de los respiraderos del estacionamiento subterráneo, el joven grita mientras los otros 3 siguen pateandolo. Volteo a las canastillas en busca del personal de seguridad y no encuentro a nadie en ninguna de las dos que veo, con calma camino entre los autos en busca de ellos, vuelvo a voltear y veo como lo intentar subir a la cajuela a empujones y golpes; el ciclista se resiste y se notan los maleantes algo frustrados pues entre su falta de pericia y adrenalina olvidaron poner el freno de mano y el vehículo avanza haciendo su tarea algo mas compleja. Llego a la banqueta y me encuentro de frente con una camioneta estacionada con una persona en el asiento de copiloto que intenta llamar a la policía -eso supongo-; escucho el primer disparo, rodeo la camioneta y a mi izquierda aparecen dos señoras de las escaleras que suben desde el estacionamiento subterráneo, una de ellas mas joven que la otra con una niña de mano y otro de brazos.
- ¿Que pasó?
- Señora, entre de nuevo... hay balazos
Corro hacia la entrada de uno de los dos centros comerciales y sigo sin ver a algún guardia, pero alcanzo a ver en la otra puerta a un guardia de seguridad que esta cerrando la cortina de ese centro, corro hacia ella y él detiene la cortina mientras me da acceso; al entrar alcanzo a escuchar los últimos disparos. Paso corriendo por la entrada mientras las personas apenas comienzan a enterarse de la situación, y sigo hasta las cajas desde donde veo por la ventana como el vehículo de los "malos" arranca dejando el cuerpo del ciclista... sin vida.
Hablo por celular a mi familia, gracias a Dios ellos no se habían dado cuenta de lo que afuera estaba pasando; gracias a Dios aún se encontraban dentro.
- Estoy en las cajas, tome su tiempo... no tengo prisa.
- Voy para allá.
La gente con todo el morbo del mundo se acerca a las ventanas y me impiden ver lo que yo no quiero ver; no los entiendo, de pronto salen de todos lados guardias de seguridad que afuera hacían tanta falta. Ni el tránsito de la esquina anterior, ni la policía que patrulla constantemente mi ciudad se hicieron presentes. Gente comienza a llorar, mientras que los gerentes del lugar no saben que hacer y atinan solo a decir "Esperemos unos segundos, por disposición, nadie puede salir".
La gente comienza a hacer conjeturas, escucho y veo lo rápido que se distorsiona la verdad; alguien que me vio entrar me pregunta que qué había pasado, mas o menos le cuento lo que vi, pero no hago caso pues no me gusta ser parte del morbo. Llega la policía, tránsito -ahora si-, Federales y hasta el ejercito, pero yo solo quiero salir de ese lugar y llegar a la seguridad de mi casa, pues traigo una carga preciada.
Apenas las cosas se calman, salgo y me dirijo hacia mi vehículo. Aseguro lo mas preciado que tengo en la vida y con toda calma me voy por fin a casa; llega mas personal con pipa y guante a "hacer su trabajo", con camisa bien planchada, lente obscuro por aquello del Sol y con libreta en mano... todos unos ejecutivos y conocedores del tema.
Al día siguiente, no hay noticia del asunto, la única nota que veo no dice nada de lo que yo vi, cuenta otra historia, con armas de "grueso calibre", carros deportivos color dorado, casquillos de 9 mm y de como llego la bicicleta a el estacionamiento subterráneo; pero nada de lo que yo vi.
Casi no platico del asunto, mas que con mi familia y no quiero hacer mucho "pancho" al respecto, solo deseo decir la verdad que yo viví y que no le deseo a nadie mas.
- ¿Que pasó?
- Señora, entre de nuevo... hay balazos
Corro hacia la entrada de uno de los dos centros comerciales y sigo sin ver a algún guardia, pero alcanzo a ver en la otra puerta a un guardia de seguridad que esta cerrando la cortina de ese centro, corro hacia ella y él detiene la cortina mientras me da acceso; al entrar alcanzo a escuchar los últimos disparos. Paso corriendo por la entrada mientras las personas apenas comienzan a enterarse de la situación, y sigo hasta las cajas desde donde veo por la ventana como el vehículo de los "malos" arranca dejando el cuerpo del ciclista... sin vida.
Hablo por celular a mi familia, gracias a Dios ellos no se habían dado cuenta de lo que afuera estaba pasando; gracias a Dios aún se encontraban dentro.
- Estoy en las cajas, tome su tiempo... no tengo prisa.
- Voy para allá.
La gente con todo el morbo del mundo se acerca a las ventanas y me impiden ver lo que yo no quiero ver; no los entiendo, de pronto salen de todos lados guardias de seguridad que afuera hacían tanta falta. Ni el tránsito de la esquina anterior, ni la policía que patrulla constantemente mi ciudad se hicieron presentes. Gente comienza a llorar, mientras que los gerentes del lugar no saben que hacer y atinan solo a decir "Esperemos unos segundos, por disposición, nadie puede salir".
La gente comienza a hacer conjeturas, escucho y veo lo rápido que se distorsiona la verdad; alguien que me vio entrar me pregunta que qué había pasado, mas o menos le cuento lo que vi, pero no hago caso pues no me gusta ser parte del morbo. Llega la policía, tránsito -ahora si-, Federales y hasta el ejercito, pero yo solo quiero salir de ese lugar y llegar a la seguridad de mi casa, pues traigo una carga preciada.
Apenas las cosas se calman, salgo y me dirijo hacia mi vehículo. Aseguro lo mas preciado que tengo en la vida y con toda calma me voy por fin a casa; llega mas personal con pipa y guante a "hacer su trabajo", con camisa bien planchada, lente obscuro por aquello del Sol y con libreta en mano... todos unos ejecutivos y conocedores del tema.
Al día siguiente, no hay noticia del asunto, la única nota que veo no dice nada de lo que yo vi, cuenta otra historia, con armas de "grueso calibre", carros deportivos color dorado, casquillos de 9 mm y de como llego la bicicleta a el estacionamiento subterráneo; pero nada de lo que yo vi.
Casi no platico del asunto, mas que con mi familia y no quiero hacer mucho "pancho" al respecto, solo deseo decir la verdad que yo viví y que no le deseo a nadie mas.
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